MÉXICO, D.F.- Los adultos de entre 30 y 50 años tienen el peor perfil de salud en la historia del país y las expectativas menos alentadoras para los próximos 10 a 30 años, cuando formen parte de la población adulta mayor. Uno de cada cuatro mexicanos pertenecerá a este grupo de más de 60 años, pero por la elevada prevalencia de obesidad (72 por ciento) y diabetes (14 por ciento) que se reporta actualmente, no se anuncia nada bueno para la vejez, advirtió Luis Miguel Gutiérrez, director del Instituto Nacional de Geriatría (Inger).
Actualmente, con 13 millones de individuos mayores de 60 años, la carga económica para el país en términos de atención a la salud es pesada. Aún así, México se encuentra en el lugar 30 del Índicador Global de Envejecimiento, que elabora la organización internacional Ayuda para los Adultos Mayores, con sede en Inglaterra.
Dicho indicador mide el nivel de bienestar de los adultos mayores en 96 países, incluye el grado de independencia, cobertura de necesidades básicas, estado de salud (física y sicológica), grado de educación y acceso al trabajo, entre otros.
En el primer sitio están Noruega, seguido de Suecia, Suiza, Canadá y Alemania, donde los individuos de la denominada tercera edad representan 25 por ciento o más de la población en esas naciones.
Que México se ubique en el primer tercio de la medición es muy bueno, resaltó Gutiérrez. Comentó que todavía en 2013 estaba en el lugar 57. En 2014 subió al 30, sólo por la posibilidad de acceder a los servicios de salud a una pensión, a través del Seguro Popular y el Programa de Pensión Universal, 60 y más.
De acuerdo con estadísticas oficiales, en la actualidad este sector representa poco menos de 10 por ciento de la población general. Las previsiones demográficas estiman que en 2050 será 25 por ciento.
Sin embargo, no existen condiciones para que ese bienestar se mantenga en el futuro, debido a la falta de previsión personal e institucional. Ahora estamos envejeciendo más tarde, con buena salud y es posible actuar para que eso siga. Para ello, el enfoque debe cambiar de reactivo a preventivo y promotor de la salud, indicó el especialista.
Una encuesta realizada por el Inger encontró que los adultos mayores opinan que la vejez inicia a partir de los 68 años –no a los 60 como se considera en la actualidad– y que el mayor declive en todos los ámbitos se da alrededor de los 75.
Esta percepción de los mexicanos concuerda con la tendencia mundial que apunta hacia un cambio en la concepción que se tiene de esta etapa de la vida, a la que la mayoría llega con buenas condiciones físicas, se mantienen activos e incluso, siguen trabajando.
Debido al descenso de la mortalidad infantil, el control y la cura de enfermedades –que han permitido el aumento en la esperanza de vida–, los expertos en Europa y Japón impulsan un nuevo concepto: la edad prospectiva. Es decir, los años que las personas tienen luego de llegar a las seis décadas de vida.
En Japón son 26 años; en Italia, Nueva Zelanda y Suiza 25; en Estados Unidos 23 y en México 22, de acuerdo con el Índice Global de Envejecimiento.
El reto para nuestro país, advirtió Gutiérrez, es que las personas sobrevivan ese tiempo con buena calidad de vida.
Por lo pronto, se requiere un rediseño de los servicios de salud para ofrecer a los adultos mayores una atención integral y se tome en cuenta el grado de fragilidad de cada persona. También, dijo Gutiérrez, observar que si bien existen guías clínicas para el manejo de enfermedades, se abordan una por una, cuando en el caso de los viejos, los médicos deben tener en cuenta los diversos males que los aquejan, eventuales interacciones y complicaciones de los medicamentos.
Con información de Vanguardia




