En la política, como en la vida misma, todo tiene un significado. Toda actitud, gesto o palabra es un mensaje.
Esto no tiene nada que ver con las lecciones básicas del marketing político, sino con el más simple proceso de la comunicación y la conducta del ser humano en sociedad.
Las conductas y, por consiguiente, las palabras, adquieren en política un significado especial ya que se esgrimen en el escenario público, en la escena del poder.
Y el poder, ese control que emana de las altas jerarquías en las organizaciones sociales y por el que muchos pelean día con día, va de la mano con la historia de la humanidad. Es, sin duda, un reflejo de la condición humana.
Con la visita que realizará hoy el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, a Reynosa, se desglosan una serie de significados, algunos de ellos en forma de preguntas.
El primero y más elemental: ¿Por qué el primer mandatario de la nación decidió visitar Tamaulipas en el arranque de 2016 y por qué no lo hizo, como se esperaba, en diciembre pasado?
Otra pregunta: ¿Por qué visitar Reynosa y no Tampico, donde también se construyó un hospital civil con una inversión millonaria aportada por el gobierno federal? Una pista podría ser que el municipio fronterizo cuenta con el padrón electoral más grande del estado. Aquí lo he comentado varias veces: Reynosa es el eje central de la elección 2016 en Tamaulipas.
Más allá del significado político que tiene este año para el estado, se debe considerar también que la entidad es la principal ventana económica del país con el mercado más grande del mundo: la costa este de los Estados Unidos y la conexión marítima con Europa.
En el terreno político, Tamaulipas siempre ha sido gobernado por el Partido Revolucionario Institucional. La oposición nunca ha estado siquiera cerca de ganar la gubernatura, si bien ha triunfado, en distintos momentos de los últimos 20 años, en los municipios más importantes de la entidad: Tampico, Reynosa, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria y Matamoros.
Rumbo a la elección que se resolverá en las urnas el 5 de junio, la oposición blanquiazul tiene la oportunidad más cercana de alcanzar el poder estatal. Se reitera: es una oportunidad.
Y las oportunidades se ganan o se pierden.
En ese contexto, el Revolucionario Institucional hará todo lo posible por mantenerse en el poder tamaulipeco. Para lograrlo, debe primero mantener algo muy importante: la unidad interna tras la selección del candidato o candidata.
Si en algo se especializan los priistas, es en ganar las elecciones locales y estatales. Ahí es donde concentraron su instinto de sobrevivencia luego de perder la presidencia de la república en el año 2000 frente a Vicente Fox.
Durante 12 años, el priismo vivió fuera de Los Pinos. La meta de sobrevivir la consiguió el tricolor mediante la obtención de victorias en las urnas estatales, en ganar las gubernaturas y la mayoría de las presidencias municipales del territorio nacional. El PAN, que nunca supo qué hacer con el poder federal (salvo desatar la sanguinaria guerra entre los cárteles de la droga con el apoyo de los gringos), se despidió en dos sexenios.
Ahora que el juego electoral se intensificará en la carrera presidencial de 2018, la lucha por las 13 gubernaturas (incluyendo Colima) será cruenta, despiadada y con altas dosis de guerra sucia. Tamaulipas, por supuesto, no será la excepción. Aquí hay mucho en juego.
Por tanto, lo que diga y lo que no diga hoy Enrique Peña Nieto en Reynosa será materia de análisis detallado. Cada actitud, cada gesto, cada palabra, cada frase será escudriñada a fin de encontrar significados sobre, antes que otra cosa, la decisión clave que el PRI tomará en los próximos días para enfrentar el complejo proceso electoral, es decir, el nombre del elegido o la elegida.
Además, se analizará la proximidad del presidente de la república con los distintos actores políticos de la entidad. Por ejemplo, el trato con el gobernador Egidio Torre Cantú, así como con los diputados federales o con cierto senador.
Las ausencias y las asistencias serán decisivas para el futuro inmediato, el cual comenzará a escribirse en forma en los siguientes días, tal vez la próxima semana. Todo, absolutamente todo, tendrá un significado político.
Así las cosas, la visita de Enrique Peña Nieto a Tamaulipas y, en particular, a Reynosa, será observada con lupa, en espera de encontrar respuestas y significados sobre el futuro que viene y, en especial, en la designación del candidato o candidata del PRI a la gubernatura del estado.
MARCO BERNAL EN LA JUGADA
El cierre de Marco Antonio Bernal en la carrera por obtener la candidatura tricolor a la gubernatura tamaulipeca ha sido espectacular.
Atento a la agenda política, el secretario general adjunto del CEN del PRI expresó su reconocimiento al trabajado realizado por el presidente Enrique Peña Nieto en favor de Tamaulipas.
Por supuesto, institucional como es, el ex senador y ex diputado federal destacó la labor del primer mandatario en colaboración permanente con el gobernador Egidio Torre Cantú.
‘Tamaulipas está recibiendo muchos beneficios por parte del presidente Enrique Peña Nieto. Sus compromisos se han ido cumpliendo y esto es, sin duda gracias, al trabajo en equipo que ha podido conformar con nuestro gobernador Egidio Torre Cantú’, dijo Marco Bernal. El matamorense está en la jugada… y está en la final-final.




