La víspera del viaje que realizó ayer a Reynosa para inaugurar un hospital de especialidades, mucho se habló de que el presidente ENRIQUE PEÑA NIETO podría enviar alguna señal respecto de quien será el candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas. Pero el verdadero mensaje pudo ser otro.
Que se sepa, un presidente en nuestro país nunca ha dado muestras públicas de apoyo ni a quienes aspiran a ser sus sucesores ni a quienes pretenden gobernar una entidad. Cuenta con otros canales para expresar su voluntad sin com- prometerse.
Así, los nombres de MARCO ANTONIO BERNAL GUTIÉRREZ, BALTAZAR HINOJOSA OCHOA, ALE-JANDRO GUEVARA COBOS, ALEJANDRO ETIENNE LLANO, MERCEDES DEL CARMEN GUILLÉN VICENTE, ENRIQUE CÁRDENAS DEL AVELLANO y RAMIRO RAMOS SALINAS, que son los priístas que han aceptado que buscan suceder a EGIDIO TORRE CANTÚ, encontraron eco en los labios del jefe de la nación.
Por ello, no faltan los que interpretan la visita presidencial a nuestro estado a pocos días de que se defina quién será el abanderado tricolor, como un mensaje de respaldo al gobernador TORRE CANTÚ, quien de esta forma se convertiría en el fiel de la balanza en la importante determinación. O sea que PEÑA vino a darle su aval a EGIDIO.
Después de todo, el gobernador entregó buenas cuentas durante la elección pasada, cuando el PRI ganó las ocho diputaciones federales que estaban en juego, reponiéndose así de la debacle del 2012 cuando el mismísimo PEÑA no pudo ganar en el estado.
El presidente ha dado muestras de que no se empeña en imponer su voluntad cuando ello implica inconveniencias. Ello ocurrió cuando se deslindó de su primo ALFREDO DEL MAZO
y dejó que ERUVIEL ÁVILA fuera el candidato tricolor al gobierno del Estado de México, cuando todo parecía que el primero sería el elegido.
En Tamaulipas esta será la primera ocasión en que haya renovación de los poderes estatales durante el gobierno peñista. Anteriormente, durante los sexenios de los panistas VICENTE FOX QUESADA y FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, se dejó en absoluta libertad a los gobernadores para designar a los candidatos del PRI en cada sucesión. Querían llevarse la fiesta en paz.
Con el retorno del Revolucionario Institucional a la presidencia de la república, mucho se ha hablado de que nuevamente volverá a ser
el dedo presidencial el que se pose en la frente de los elegidos. Pero los tiempos actuales ya no permiten aplicar con amplitud esa ortodoxia y pueden seguir siendo los mandatarios locales los que digan la última palabra, en sintonía, claro está, con el propio presidente.
En esta tesitura y si EGIDIO TORRE CANTÚ tuviera voto de calidad, ¿a quién se lo entregaría? Habría que ver cómo es su relación con los aspirantes.
Si fuera por afectos, no dudaría en promover a su amigo ALEJANDRO ETIENNE, actual alcalde de Ciudad Victoria. Pero una amistad no basta para garantizar triunfos. Las encuestas señalan que ENRIQUE CÁRDENAS, ALEJANDRO GUEVARA, RAMIRO RAMOS y MERCEDES GUILLÉN VICENTE no lograron prender en el ánimo de los tamaulipecos.
Así que quedarían dos cartas para escoger, MARCO ANTONIO BERNAL GUTIÉRREZ y BALTAZAR HINOJOSA OCHOA, ambos de Matamoros.
MARCO siempre ha reconocido la gestión del gobernador TORRE CANTÚ. Incluso ayer, tras de que se inauguró el hospital en Reynosa, expresó que “Tamaulipas es un ejemplo a nivel nacional en materia de salud, el gobernador ha puesto empeño y las cosas han resultado bien”. Esa forma elogiosa de referirse a EGIDIO ha sido común, lo que demuestra que hay una relación bastante cordial entre ambos. Pero las lisonjas tampoco son garantía de triunfo.
En lo que toca a BALTAZAR HINOJOSA OCHOA ha sido parco en cuanto a sus comentarios sobre el actual régimen local. Su personalidad parece ser de los que piensan que antes de hablar de o con alguien, estos deben estar conscientes de que él tiene la razón y los demás son unos ingenuos.
Basa su proyecto en las relaciones que desde hace tiempo tejió en la Ciudad de México con las altas cúpulas del partido y del gobierno. Pero fuera de la zona fronteriza, es poco conocido en el estado. Se habla también de que tiene problemas de salud. Pero de que es un político experimentado, nadie lo puede negar.
En este entorno, si EGIDIO fuera el factor de decisión, la lógica aconsejaría que tendría que escoger entre ALEJANDRO ETIENNE y MARCO ANTONIO BERNAL GUTIÉRREZ, quien por cierto fue la pieza fundamental para que en la Cámara de Diputados se aprobara la reforma energética propuesta por PEÑA NIETO y considerada como la joya de la corona de su gobierno por lo que no recibiría el veto presidencial. Sea como fuere, quienes esperaban que el presidente diera alguna señalar ayer desde la frontera tamaulipeca, se quedaron con las ganas de verlo. Pero en cambio, como lo reiteramos, pareció un respaldo al gobernador como primer priísta de la entidad.
Ahora que también hay que considerar si tanto el gobernador como el presidente son garantes del triunfo de quien resulte candidato priísta al gobierno estatal. Aunque han mejorado, las cosas no andan muy bien en la entidad y el país tanto en materia de seguridad como económica. Así que el ungido, cuyo nombre se sabrá en unos cuantos días, tendrá que ponerse a chambear por su cuenta.
