Los ‘destapes’ más recientes retratan fielmente imposición partidista
Atrapan la atención los ‘delfines’ de Durango, Zacatecas y Veracruz
Ninguno de los aspirantes, priistas y no, logró buen posicionamiento
En la primera semana de febrero se darían los destapes municipales
Cuando te toca, ni aunque te quites… Y, cuando no te toca, ni aunque te pongas.
Ésta es una sentencia popular que aniquila cualquier conjetura de los agoreros al servicio de los siete aspirantes priistas a la candidatura gubernamental de Tamaulipas, simple y llanamente porque la decisión no surgirá de un ensayo democrático, sino del arbitrario derecho que a Enrique Peña Nieto le asiste.
Sólo a él, aun cuando el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Manlio Fabio Beltrones Rivera, dé la cara, para disfrazar lo que viene: un ‘dedazo’, como ocurrió en Durango, Zacatecas y Veracruz.
Tan así lo entienden los ahora llamados ‘siete magníficos’, que en la reunión celebrada en la sede nacional priista firmaron el Acuerdo de Unidad por el Futuro de Tamaulipas, comprometiéndose a respaldar al agraciado.
De ningún modo, convencidos. Esto me queda muy en claro, pero sí obligados por su aparente disciplina partidista, pues bien saben que de lo contrario los esperaría el ostracismo y/o hasta su muerte política, durante lo que resta a la administración federal del mexiquense quien, por cierto, ya aprendió que el poder no se comparte. Se ejerce.
Muestra de ello es que:
1) En Durango, impuso como candidato gubernamental a Esteban Alejandro Villegas Villarreal (39 años de edad) –‘delfín’ del mandatario Jorge Herrera Caldera–, quien, en las encuestas, siempre figuró abajo de la senadora Juana Leticia Herrera Ale;
2) Dispuso que la candidatura gubernamental de Zacatecas fuera para el ‘delfín’ de Miguel Alejandro Alonso Reyes (léase el mandatario en funciones): Alejandro Tello Cristerna (de 44 años de edad), pese al movimiento político estatal en su contra; y
3) Para contender por la gubernatura de Veracruz, instruyó al alto mando tricolor que ‘destapara’ a Héctor Yunes Landa (57 años) –pese a mantenerse éste (‘delfín’ de Javier Duarte de Ochoa), en el segundo lugar en sondeos de opinión, que favorecían a su pariente José Yunes Zorrilla.
Acudo a estos tres ejemplos para sustentar mi hipótesis de que el señor de Los Pinos será quien decida verticalmente la candidatura del tricolor en nuestra entidad. No las encuestas, que quede en claro.
Y aunque todavía no hay nada para nadie –¿por los jaloneos que en la Ciudad de México tienen lugar?–, lo cierto sería que, la decisión, ya está tomada y que Manlio Fabio negocia posiciones para evitar que la inconformidad rebase al partido.
Sobre todo de equivocarse, el Presidente, en la designación; que, por obviedad, habrían de apoyar sólo de dientes hacia afuera, quienes resulten eliminados.
O sea, seis de los pretendientes.
Cacareando el huevo
Según las declaraciones vertidas por los siete aspirantes priistas, tras el encuentro que sostuvieron en el feudo tricolor, todos y cada uno ya están obligados a unirse en torno al elegido.
Pero en el fondo actuarían en contra. No directamente porque su compromiso fue (es) aceptar el anuncio cupular –que podría darse en los primeros días de la semana que hoy inicia, a fin de que solamente uno de ellos se registre enseguida de emitirse la convocatoria–, pero, sí, tras bambalinas.
Bajo posicionamiento
Un grupo de analistas y líderes de opinión coincide en observar que el método recurrente de los siete partidos políticos que juegan en la justa electoral es la imposición.
Y si el grueso de los aspirantes no logró penetrar exitosamente en el ánimo partidista fue por falta de trabajo, hasta el grado de que al cerrarse la primera etapa del proceso electoral, el balance es que sólo generaron hartazgo y exhibieron bajo nivel de competencia.
Así ocurrió porque los más de veinte pretendientes, sus asesores sabelotodo, los panegiristas que los acompañan y hasta uno que otro aprendiz de político, sustituyeron al debate y al razonamiento por el pleito estéril.
A la menor provocación sus corifeos se lanzaron al cuello de sus adversarios –con todo–, sin que les importara que los ojos de la ciudadanía estuvieran puestos en ellos ni que sus riñas motivaran la crítica fundamentada de los medios de comunicación masiva, que ante lo insulso de las ofertas optaron por destacar otros temas aunque estos resultasen de menor trascendencia.
Todos sabemos cuáles son los problemas centrales que aquejan a la población.
De ahí que los mensajes de quienes todavía aspiran arribar a la gubernatura no hayan aportado mucho, aun cuando en entrevistas de prensa o en su perorata cotidiana sacaran a relucir la trillada letanía: empleo y seguridad; justicia y educación; un sinnúmero de apoyos, aumentos, disminuciones, becas y hasta la creación de instituciones, tanto como la edificación de grandes proyectos que conviertan a la entidad en un estado con altos índices de desarrollo.
Así lo que vio, leyó y escuchó el elector, en todo caso, no pasó de ser un catálogo de buenas intenciones, cuya diferencia entre uno y otro prospecto lo marcó el énfasis que cada cual aplicó a su discurso.
El problema del bajo perfil que registró su proselitismo, no se dio porque los contendientes razonaran sobre las necesidades de los segmentos poblacionales que habitan en el estado, sino por la manera ambigua en que plantearon superar dichas carencias y rezagos.
Es decir, no expusieron con claridad cuáles serían sus estrategias específicas partiendo de lo que hasta ahora se ha realizado y/o dejado de hacer.
Esto es lo que podría distinguir a un proyecto de otro.
Por tanto, ningún sentido tendría que hicieran berrinches cuando se les avise de qué lado masca la iguana.
Oferta de Beltrones
Una de las primeras recomendaciones que Manlio Fabio Beltrones rivera hizo a los jefes políticos de las entidades administradas por el PRI, así como a quienes resultaran candidatos a las
gubernaturas, fue que habrían que ser incluyentes al extremo.
Es decir, que ninguno de los aspirantes perdedores sería excluido del posterior reparto de espacios de poder.
¿Qué le parece?
Además, lo sé de buena fuente, el compromiso incluye no aceptar la candidatura de ningún otro partido.
En fin…
Los madrugadores
En las encubiertas campañas que algunos aspirantes a las alcaldías y diputaciones en juego realizan por la geografía estatal, día tras día se comprometen a respetar las formas y los tiempos de cada
organización política para seleccionar candidatos.
También afirman no andar buscando ninguna promoción política y estar entregados de tiempo completo a su trabajo en la administración pública o en sus feudos; y con toda desfachatez recurren a la trillada frase de que son simples soldados de las organizaciones.
De dientes para afuera, claro está, porque en la práctica andan más calenturientos que los propios candidatos naturales.
Es más, hasta se dan el lujo de adelantar que las nominaciones programadas serían finalmente de unidad –siempre y cuando resulten favorecidos–, pero éstas habrán de definirse hasta febrero próximo, seguramente.
No antes, ni a capricho de los acelerados.
Omisión de pretendientes
Hay una sabia conseja popular que advierte: “en boca cerrada, no entran moscas”.
Pero la sentencia no la entienden ni atienden (puntualmente) ciertos políticos priistas que, seducidos por el canto de las sirenas, acostumbran dar rienda suelta a su locuacidad, buscando los reflectores y declarando cuanto se les ocurre por el simple placer de considerarse noticia, sin entender que su actitud lejos de fortalecer su imagen, lo más que provoca es poner en entredicho sus
méritos para lograr la ansiada postulación.
La falta de sensibilidad, en ellos, ha sido una constante.
Igual que la imprudencia y la emisión de juicios a la ligera, por lo que se hace indispensable que al alto mando priista tome cartas en el asunto y de una vez por todas les haga saber que en este proceso por salud del mismo partido, ningún aspirante puede ni debe manejarse por ‘la libre’.
Ello significa que todos, absolutamente todos los pretendientes a las candidaturas (del nivel socioeconómico, grupo y posición en el poder que fuere), obligados están a conducirse en una misma línea: la que marque el Gobernador.
A menos que en allá, en el fondo, su compromiso sea con otra gente y con un proyecto político distinto.
Disertación gastada
Una vez definido el nombre del precandidato gubernamental priista, el Partido Acción Nacional (PAN) se avocaría a destapar al propio –ya lo hizo el Movimiento Ciudadano–, y los otros cinco (Morena, PRD, PES, PVEM y Panal) lo harían en seguida, aunque de ellos lo más que se espera es que vayan coaligados con entre sí o colgándose de otros.
Esto antes del próximo día 20, que es cuando formalmente inician las precampañas.
Y sobre el particular, bien vale la pena comentar que la población tamaulipeca de ningún modo pretende encontrar en la boca de los políticos resultados mágicos, pero sí un mensaje coherente que evidencie compromisos y el conocimiento acerca de lo que éstos ofertarían como solución.
Me explico más a fondo: si se trata de combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada, lo más indicado es que digan cómo planean hacerlo, pues no basta con echarle la culpa a la instancia federal ni anunciar ajustes de personal en las dependencias encargadas o modificaciones orgánicas, sino de ir al fondo de estos asuntos que se han convertido en un fenómeno estructural y amenaza la tranquilidad familiar, tanto en la zona fronteriza como en el centro y sur del estado, al tiempo que riega decenas de cadáveres y mantiene aterrorizada a la población.
Por tanto, el reclamo ciudadano es vigente y válido, en virtud a que transcurren gobiernos y las asignaturas pendientes se han convertido en un círculo vicioso, dada la incapacidad de los políticos que justifican su ineficacia arguyendo no haber tenido tiempo suficiente para concretarlas.
Igual es entendible que la población se sienta agraviada y exija algo más que la buena y noble voluntad de los candidatos que vienen.
Merced a lo anterior, el cuestionamiento es elemental:
¿Por qué la gente tendría que creerle a tal o cuál candidato, si en más de una ocasión ha escuchado brillantes piezas oratorias sobre la problemática que sufre y al respecto, en el mejor de los escenarios, poco se le ha resuelto?
Mujeres ganadoras
La búsqueda de mujeres ganadoras en el terreno político-electoral, es un tema que el presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) priista, Rafael González Benavides, tiene muy presente, pues la enmienda reglamentaria obliga a los ocho partidos involucrados en el actual proceso comicial a postular, cada uno, cuando menos a 22 féminas a las alcaldías y 11 al Congreso local.
De ahí que estime necesariow analizar desde ahora los perfiles de quienes aspiran ser candidatas, a fin de que el jefe político tricolor –o sea, el Gobernador, obviamente–, considere las propuestas para la toma de decisiones.
Y haría bien.
Sobre todo cuando en el estado los escenarios le son adversos al PRI, por el momento –en tres de los municipios más poblados y en los distritos que involucran a éstos–, aunque tampoco asoman favorables para ningún otro partido, en estricto apego a la verdad.
Obviamente la percepción disgusta a ciertos varones priistas.
Sobre todo a los que codician las candidaturas en Nuevo Laredo, Matamoros y Tampico, por saber que hay marcada intención de que las candidaturas se otorguen a las mujeres que en sus comarcas han desempeñado un buen trabajo.
En fin, en la primera semana de febrero, bien lo sé, el PRI definirá su agenda político-electoral sobre los ayuntamientos y diputaciones, para antes de cerrar el mes tener ya, en el estado entero, definiciones respecto a las mujeres y hombres a postular.
E-m@il
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