Hojas y hojas y nada de candidato, la espera se hace pera y el chocolate se hace late, que quiere decir leche, el té, puede ser frío para unos y caliente para otros.
La política tiene mucho del chocolate de la fe del café y el te pasará teté.
Los que esperan quieren café para matar sus ansias y otros que esperan están desesperados porque no sale su candidato.
La política es saber esperar sin desesperarse aunque coman ansias y uñas.
Los que afilan las uñas largas y los que las quieren para rascarse los tanates.
Té, chocolate y café, hojas y hojas y nada de candidatos.
Pero cambien el candidato, el posible y el imposible también están tomando café y más café. Té y más té, le dicen a su asistente o asistenta; «hazte» más té, o «hazte» para acá.
O dame más café con leche pero con discreción. No me le pongas mucha leche porque me cae de peso.
El chorrillo es otro de los síntomas de los posibles. La precaución de una diarrea es para el posible ganador como al posible perdedor.
En fin, la lectura del café está a la orden del día. Los síntomas del chorrillo andan por allí. El chocolate que es muy rico es proclive a provocar la diarrea.
Y el té de manzanilla hace recordar que son humanos, débiles y ambiciosos.
El poder tiene de todo, hasta la champaña para el ganador final.




