Hay una sensación en el ambiente de que los siete aspirantes a la candidatura priísta no están dispuestos a soltar fácilmente la posibilidad de obtener la estafeta, así deja entrever el hecho de que pese a la firma de un pacto de unidad, la espera para definir se está alargando, aumentando con ello las especulaciones.
La publicación de la convocatoria que se retrasó varios días, y ahora la declaración del delegado del Comité Ejecutivo Nacional de abrir la posibilidad a cualquiera que reúna los requisitos se registre como aspirante, pues vuelve más incierto el panorama.
Fernando de las Fuentes comentó que en esta decisión de aplazar las fechas tanto de la convocatoria, como la convención de delegados no obedece a la intención de esperar a que llegue de su viaje Enrique Peña Nieto para que sea él quien nombre al abanderado, al que tendrá que sumarse el resto de los siete magníficos.
Rechaza este factor y asegura entre risas, que igual y para este momento los siete ya se pusieron de acuerdo para definir quién de ellos irá por la nominación.
También descartó que la reunión para signar la unidad priísta frente al dirigente nacional Manlio Fabio Beltrones haya fracasado, pese a que la lentitud con que se están moviendo los eventos demuestra lo contrario.
Hay quien piensa que la incertidumbre no aguantará hasta el 28 de febrero cuando finalmente den a conocer quién será la o el candidato.
Mientras aquí las especulaciones crecen y los medios nacionales ni atención le ponen a las notas generadas en Tamaulipas para nombrar candidato tricolor (algo que llama mucho la atención también); el calendario para este proceso comenzó con la publicación de la convocatoria.
El 23 de este mes se emitirá un manual de organización para la convención de delegados, el 30 será la jornada de registro de aspirantes, 24 horas más tarde la Comisión revisará las solicitudes y emitirá un dictamen para que el 28 de febrero se realice la convención.
Veamos, si se registra más de uno, será el propio 28 de febrero cuando voten los delegados nombrados que participarán en la convención para elegir al aspirante, y si fuese uno, lo declararán candidato de unidad ese mismo día.
Y es aquí donde responde Ramiro Ramos, integrante de los siete magníficos, que tendrá que ser uno solo el que llegue al 28 para nombrarlo como el abanderado tricolor. De entrada, el presidente del Congreso local descarta que vaya a haber más aspirantes para la convención.
El nuevolaredense dice sentirse feliz y listo para la decisión final, asegura que los siete tienen posibilidades, pero él se registraría “sólo si lo designan los delegados”, reitera que “sólo se registrará uno de los 7 que firmamos el acuerdo”.
Y desconoce si en caso de que los siete no logren el consenso, saldría un octavo que sea el candidato.
Por lo pronto, Ramiro rechaza que de no ser elegido vaya a buscar la candidatura a la alcaldía por Nuevo Laredo, dice que se queda en el Congreso y seguirá cumpliendo con su responsabilidad en el Comité Ejecutivo Nacional, CEN, del PRI.
Por su parte, Enrique Cárdenas expresa lo mismo, no aceptará una candidatura a la alcaldía victorense, pero añade que si no es elegido a la gubernatura se sumará al proyecto del ganador. Marco Bernal declara en un comunicado que “juntos avanzarán para la elección del gobernador”.
Al analizar la forma cómo se desenvolvió la rueda de prensa en el PRI estatal, queda la sensación de que los priístas tamaulipecos que probaron la libertad desde hace dos sexenios de decidir por sí mismos quién los represente en el máximo cargo del estado (aunque la decisión la haya tomado el gobernante estatal en turno tanto Tomás Yarrington como Eugenio Hernández), no quieren intromisiones del centro del país, ya sea que venga de Los Pinos o del CEN priísta.
Se percibe que ahora son los propios aspirantes los que están empujando para que la decisión no sea cupular sino por consenso entre ellos.
Como quien dice, probaron la libertad y les gustó.
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