CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La avenida del 17, conocida a mitad del siglo XX como la Alameda, agoniza.
Junto a ella también lo hacen los negocios familiares, las tienditas de la esquina que sucumben ante las grandes cadenas comerciales.
Ha cambiado esta avenida, pero esas mutaciones no le favorecen, hay obscuridad por la noche, pasto seco en el camellón, árboles enumerados con lámina y un clavo que les hiere como al Cristo.
La vida moderna parece gestarse de la calle Juárez a Allende, de Juárez al Paseo Méndez, el olvido comienza a reinar.
Justo a la mitad se encuentra el Estanquillo Elizondo, la única tienda de “pasadita” que sobrevive desde hace 25 años; en la esquina del 19 Doblado está Super Express, con dos años en su nueva administración; tres cuadras hacia abajo, el minisuper La Oficina y un poco antes el Super Carreón, otro negocio joven.
Con base en testimonios de sus clientes, las tienditas de la esquina han superado el tiempo porque atienden más rápido que uno de los nuevos locales con estacionamiento, además venden hasta siete productos locales como machacado, empanadas, gomitas enchiladas, chicharrón, tortillas de harina y enchiladas.
“Cuando llegó el Oxxo a la calle Juárez pensamos que nos iba a pegar, pero no fue así, aquí seguimos, no sé por qué la gente nos prefiere, pero a nosotros nos gusta estar aquí porque mi madre nos enseñó a trabajar, ella era comerciante y nos educó a trabajar por cada una de las cosas que quisiéramos, por eso estamos aquí, no queremos dejar el barrio, tenemos firmes nuestros principios por cuidar lo que fue de nuestros padres”, dice un miembro de la familia Elizondo.
En los alrededores hay negocios, cada vez es una calle más comercial que familiar.
“No estamos en contra de la modernización, sólo nos gustaría que consideraran nuestras necesidades como vecinos de este sector, por ejemplo, con el Libre 17 y el horario que cierran los sábados”, dice otra vecina.
Don Saúl, del Super La Oficina, ha pensado que él puede hacer frente a la Guadalajara que en pocos meses se instalará donde antes estuvo el lavado de autos “El Sapo Mojado”.
“Yo creo que mi fuerte son los vecinos y aquí cerca la mayoría de la gente es joven, no requieren muchos alimentos en su despensa y vienen por el huevo suelto, por un tomate, las verduras, buscan cosas específicas como los chicharrones naturales que me trae una persona de Victoria, o el machacado de “El Encinal”, yo creo que por eso vamos a seguir”.
En el Super Express, los cuestionamientos les toman por sorpresa…
“Sabíamos que andaban construyendo algo ahí en la esquina, pero no sabíamos que sería una Guadalajara”, dice la propietaria.
Luego piensa un poco, antes de seguir respondiendo y a la vez busca soluciones para su negocio…
“Yo creo que me pondría a vender verduras, cosas que sigan ocupando los vecinos para la comida y que no vendan ahí. O me voy a mi casa y dejo de rentar aquí”.
La cadena económica que se ha tejido en el sector afecta a todos, propietarios, clientes y proveedores.
“Nuestra desventaja contra esas tiendas grandes es que a ellos les dan la facilidad del crédito y por eso tienen más surtido. Nosotros los de las tienditas todo lo debemos surtir al contado, si a nosotros nos dieran esas facilidades sería otra cosa”.




