VANCOUVER, EUA.- El antihéroe menos convencional de Marvel Comics, por su estilo a veces amanerado, su humor irónico y su estilizado disfraz, Deadpool, llega al cine para reclamar su sitio… en el físico de Ryan Reynolds y bajo la dirección de Tim Miller.
Definido por el cineasta como «pansexual» y descrito por su intérprete como «irreverente», el súper héroe nace con esta entrega dentro de la instalación fílmica de los X-Men, que no es una continuación ni un «spin off», pero sí una historia con relación directa.
«Nadie mejor que Ryan para mejorar ese humor tan particular, que va de lo pedante a lo irónico, tan retorcido ¡uff! tiene muchas aristas… y sí, es muy ‘andrógino’, seguramente muchas comunidades se identificarán con él y es la idea, que no tenga etiquetas», relata Miller.
«Dicen que ‘pansexual’ porque se da placer con todo, no se recrimina nada, es muy visual y coqueto…», añade Reynolds. «¡Y vaya que se da placer! Sinceramente, creo que es un ‘anti-héroe’ en el sentido estricto de la palabra, porque va en contra de los estándares, empezando por su forma de ser y su rostro desfigurado».
Y si el trailer causó gracia y curiosidad, al verla, generarán comentarios divididos, tanto por su conducta como por las incógnitas que plantea el personaje de Wade Wilson en los comics son tabú: es fan del porno, no simpatiza con los vegetarianos, se burla de Iron Man y Spider Man y parece que le gustan las drogas.
«Esa será una parte muy interesante del manejo del guión y el acabado, porque le quitaríamos la esencia a Deapool si no lo usa», acota el coguionista Paul Wernick, quien confeccionó la historia junto con Rhet Reese.
«Pero hay que ver qué tanto, porque en México el doble sentido es llamado albur, en otras partes lo conocemos así, como doble sentido y Wade es buenísimo para eso».
La historia arranca con la introducción de cómo es Wade Winston Wilson: un ex militar que tuvo una infancia difícil por el abandono de su padre y la indiferencia de su madre. Experto tirador, y bromista, se centra en su novia, Vanessa (Morena Baccarin) cuando ya es adulto, hasta que le sucede algo inesperado: está desahuciado.
«Siempre debe haber un drama para desmenuzar la historia desde ahí… y me parece que esta es fenomenal, porque este es un anti-héroe, un personaje poco convencional, muy sexoso, muy atrevido, muy ‘me importa poco’, y uno se puede enamorar de Ryan… ¡Dios! ¿dije eso? Bueno, en el sentido figurado», señala Miller, que se estrena como director de un largometraje y fue nominado al Óscar por su corto Gopher Broke.
Al tener los días contados, se empecina en encontrar un tratamiento que le devuelva la esperanza, y viaja a Guadalajara para someterse a un tratamiento experimental que, con alteración genética, revierte la enfermedad y lo convierte en un indestructible ser humano.