LA PAZ, Bolivia.- Tras 10 años de victorias rotundas, Evo Morales se niega, por ahora, a aceptar que éstas se han acabado.
Con más de 80 por ciento de las actas escrutadas, el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia anunció ayer que el “no” al referendo constitucional que le permitiría a Morales presentarse como candidato presidencial nuevamente en 2019 aventaja con 54.2 por ciento de los votos.
El “sí” a la reforma que avalaría una segunda reelección presidencial de manera consecutiva recaba 45.8 de los votos, una diferencia de 8.4 puntos porcentuales.
Sin embargo, el Mandatario pidió esperar a conocer los resultados oficiales, mismos que el Tribunal tiene siete días para entregar.
“Somos optimistas. Mi pedido a todos los sectores sociales (…) esperar el resultado final del Tribunal Supremo Electoral”, dijo Morales, quien aseguró que, independientemente de la opción que resulte triunfadora, su Gobierno respetará el desenlace.
“Vamos a respetar los resultados, sea el ‘Sí’, sea el ‘No’, esa es la democracia (…) Aunque con un voto, con dos votos, va a haber ganadores, eso se respeta”, señaló el ex líder sindical, quien recordó que falta verificar el recuento en las áreas rurales del país, donde el oficialismo tiene un amplio respaldo.
“En las ciudades no nos quieren mucho, pero los primeros resultados me alientan, no me preocupan. El voto del campo hace cambiar los resultados”, adelantó el Presidente.
Las razones del optimismo son conocidas. En los últimos cuatro comicios nacionales, el oficialismo pulverizó a la Oposición. Apenas en 2014, Evo Morales ganó las elecciones presidenciales con 61 por ciento de las preferencias.
Sin embargo, el primer Mandatario indígena de Bolivia y el Movimiento al Socialismo (MAS) que encabeza se enfrentan por primera vez, desde 2005, a un escenario donde la derrota es algo posible.
“Sorprende la estrecha votación y pone de relieve las profundas divisiones del país. El resultado es un golpe a Morales. La desaceleración económica y recientes escándalos de corrupción erosionaron su popularidad”, dijo Michael Shifter, analista de la organización Diálogo Interamericano.
Y es que el ataque a la Alcaldía de El Alto que acabó con seis muertos, y la denuncia del tráfico de influencias entre el Estado y una empresa china liderada por una ex amante de Morales podrían haber cambiado el rumbo de la elección.
Pero el Mandatario lo atribuyó a una guerra sucia de la Oposición.
“Tal vez en el futuro va a ser importante debatir ese tema de redes sociales, en algunos países con mala información tumbaron Gobiernos”, advirtió.
Si la tendencia al rechazo se consolida, Morales, en el poder desde 2006, finalizará su gestión en enero de 2020.
“Aunque gane el `No’ la vida sigue, la lucha sigue, la gestión continua. La vida de Evo no se acaba”, dijo el boliviano.
ASÍ LO DIJO
Evo Morales, Presidente de Bolivia.
Debemos esperar los resultados finales con mucha serenidad. Somos optimistas (…) Vamos a respetar los resultados, sea el ‘sí’, sea el ‘no’, esa es la democracia”.