CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Debido a que no se garantiza la vida de los internos y el respeto a las garantías básicas, el sistema carcelario de Tamaulipas es el sexto peor del país, de acuerdo al Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP) de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
En 2010, la CNDH ubicó al estado entre los cinco mejores de México, con una calificación de 8.04. Sin embargo en 2014 -el último informe sobre el tema- obtuvo un resultado de 5.14, por lo que descendió al puesto 27 de 32 lugares. La baja fue progresiva y las condiciones actuales son peores a las registradas hace una década, cuando se calificó con 5.6 puntos.
Quintana Roo es el peor en la evaluación nacional, con 3.66 puntos, seguido de Nayarit, que obtuvo 3.97 de calificación. Las cárceles de Tabasco son consideradas las terceras peores de México, un puesto arriba, en el cuarto, aparece Guerrero. Con 5.09 puntos, Oaxaca se encuentra un escaño abajo de Tamaulipas. Arriba de la entidad está Nuevo León (5.2 puntos).
Los mejores desempeños del Diagnóstico son Guanajuato (7.59 puntos), Aguascalientes (7.57 puntos), Tlaxcala (7.37 puntos), Querétaro (7.34 puntos) y Baja California (7.23 puntos). El Diagnóstico mide la protección a la integridad física y moral del interno, la estancia digna, las condiciones de gobernabilidad, los trabajos de reinserción social y la atención a los grupos internos con requerimientos específicos.
En el informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos solamente se evaluaron 3 de los 7 Centro de Ejecuciones de Sanciones (Cedes) tamaulipecos. La tercia de penales no aprobó la evaluación general. No obstante, en el documento, el órgano defensor no aclara por qué no evaluó a los 4 centros de reclusión que también integran el sistema penitenciario estatal.
El penal peor calificado fue Reynosa, con 4.93 puntos. El aspecto más problemática en esa instalación fue la gobernabilidad, donde se detectaron que los custodios e internos extorsionan por protección, por estancia, por alimentos, servicio médicos, medicamentos, entre otras actividades. Además, las tareas para garantizar la integridad física y moral de los internos tiene graves
fallas. De acuerdo al informe, el acoso sexual, el maltrato y la tortura son prácticas recurrentes.
La existencia de áreas de privilegios, de objetos y sustancias prohibidas y de internos que ejercen violencia o control sobre el resto de la población y el cobro de cuotas por parte de reos a sus compañeros son los aspectos más preocupantes en el Cedes de Matamoros, de acuerdo a la información recabada por la Comisión. Esto engobla que las condiciones de gobernabilidad no son las adecuadas para el centro de reclusión. El informe apunta que al momento de la visita había una capacidad de alojamiento libre para 632 reos, situación extraña pues en el resto había internos de más.
Sobrepoblación y hacinamiento, inexistente separación entre hombres y mujeres en el área escolar, médica e íntima e inexistente prevención y acciones para prevenir incidentes violentos, son parte de los aspectos que fueron observados en el Cedes de Nuevo Laredo. Los visitadores de la CNDH apuntaron que ningún director de los centros penitenciarios desarrollaba la supervisión de
las áreas, lo que abonaba a la falta de gobernabilidad general.
Hasta enero de 2016 solamente quedaban libres 392 espacios para reos en los Cedes de la entidad, según indica el Cuaderno mensual de información estadística penitenciaria nacional elaborado por la Secretaría de Gobernación (Segob). El año arrancó con 6 mil 658 internos, de una capacidad total de 7 mil 50.
Cefereso, también de malas
El Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 3 Noreste, ubicado en Matamoros, es el octavo con peor calificación del país. El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP) de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) indica que allí las condiciones de vida son más bajas que en el complejo Islas Marías y un poco mejor que en Huimanguillo, Tabasco.
“El DNSP, si bien cumple con reflejar un estatus de las prisiones, debe tener un impacto positivo a fin de que sea un instrumento útil para determinar las políticas que determinen las acciones de mejora de los centros”, afirmó el Ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez.
En respuesta, la Secretaría de Gobernación anunció que después de que quedó vaciado, el Cefereso número 3 Noreste será ampliado. La obra se realizará junto con trabajos similares en el Altiplano, localizado en el Estado de México; Occidente, en Jalisco y Noroeste, en Nayarit.
Este proyecto se aplicará en las cuatro cárceles más antiguas del país, para lo que se solicitó un monto inicial de 77 millones de pesos. En el caso matamorense las labores se harán en 12 mil 500 metros cuadrados, de acuerdo al documento que entregó el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). En diciembre de 2015, la Policía Federal (PF) desalojó a los 871 presos del penal de Matamoros. El Cefereso tamaulipeco, inaugurado el 29 de junio de 2000, es el que más riñas tuvo en el país, con 124 de las 734 registradas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).




