CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Durante la temporada de calor aumenta la demanda de agua embotellada y al mismo tiempo los trastornos gastrointestinales.
Las visitas de verificación sanitaria a los negocios expendedores de agua se realizan de dos a tres veces al año, aunque de manera mensual existen muestreos a través de tres laboratorios autorizados en la entidad.
Al año se evalúan a más de 700 establecimientos dedicados a la venta de agua embotellada o llamados molinos de agua, informó María del Socorro Hernández Puga, Directora de la Comisión Estatal de Protección contra el Riesgo Sanitario (COEPRIS).
Las obligaciones de parte de los propietarios de establecimientos dedicados a la venta de agua embotellada es exhibir la acreditación y verificación mensual de su producto a los clientes.
Así como observar medidas de higiene en su indumentaria: cubrebocas, cubrepelo, botas, mandil y contar con certificado médico del expendedor, bitácora de limpieza, falta de mantenimiento en el negocio y deficiencias en las buenas prácticas de higiene.
Comprobar la calidad microbiológica del agua y de los alimentos, implica intensificar la vigilancia sanitaria durante la temporada primavera-verano.
La ley faculta a la Comisión Estatal de Protección Contra Riesgo Sanitario de hacer amonestaciones con apercibimiento hasta la suspensión de actividades para evitar intoxicaciones alimentarias y enfermedades gastrointestinales.
Los organismos operadores que suministran el líquido deben entregar resultados de laboratorio debido a que en el establecimiento recibirá una purificación.
«El agua si se recibe en buenas condiciones, pero si la maquinaria no tiene el buen mantenieminto puede provocar en el proceso una contaminación del agua, el año pasado ocurrió en Ciudad Mante, donde tuvimos que suspender actividades en una planta purificadora de agua que es distinta al molino de agua, donde puede haber o no personal».
La contaminación de agua más detectada en estos establecimientos es la falta de higiene en el garrafón que se lleva a rellenar, en los negocios que venden el líquido a través de máquinas sin personal.
Y donde es necesario que los clientes extremen las medidas sanitarias.
«Algunas personas refieren que lavan los garrafones con cloro, pero si los lavan con cantidades muy grandes de cloro también se pueden provocar intoxicaciones. Por parte del área de epidemiología no nos hemos encontrado enfermedades gastrointestinales cuya fuente de contaminación sea el agua», explica la Doctora Hernández Puga, quien refiere al puerto de Tampico como la ciudad pionera en venta de agua embotellada en Tamaulipas desde hace más de 29 años.
En lo que va del año sólo un negocio dedicado al relleno de agua de garrafón se ha clausurado en Tamaulipas.
Durante el año 2016, en el mes de marzo, sólo un establecimiento expendedor de agua embotellada ha suspendido sus actividades debido a faltas a las normas oficiales mexicanas, entre ellas la NOM – de buenas prácticas de higiene y calidad y Agua Potable para Uso y Consumo Humano y Agua Purificada.
Tamaulipas es una entidad que tiene la cultura de consumo de agua embotellada: «Tenemos en Tamaulipas un padrón de más de 700 establecimientos, son máquinas expendoras que algunas veces pueden tener personal o no. De manera continua evaluamos estos negocios que toman el agua en su mayoría de la red de agua potable y tienen un proceso de potabilización para purificar el agua.
Tamaulipas es de las pocas entidades con este tipo de establecimientos, es parte de la cultura de tomar agua purificada», explica Socorro Hernández Puga.