En repuesta al clamor de la sociedad, las principales propuestas de los candidatos de mayor peso al gobierno de Tamaulipas siguen siendo, lamentablemente, las mismas de hace seis años, las que tienen que ver con el problema de la inseguridad, hecho que pone de relieve que las cosas no han mejorado en este renglón.
Los aspirantes del PRI, Baltazar Hinojosa Ochoa, y el panista Francisco Javier Cabeza de Vaca, han centrado parte de sus ofrecimientos destinados a granjearse la atención y las simpatías de los electores tamaulipecos en los primeros días de campaña, a comprometerse a que redoblarán esfuerzos para devolver la paz y la tranquilidad a las familias.
El abanderado de Acción Nacional, como es natural, atribuye la inseguridad a la irresponsabilidad de los malos gobiernos priístas.
Otro asunto que el contendiente blanquiazul ha empezado a machacar desde el arranque de las actividades proselitistas es el de la alternancia del poder. Estamos a un paso de lograrla, aseguró el domin- go en Reynosa y remató que no hay mal que dure 86 años, ni tamaulipeco que los aguante.
Balta también ha insistido en el tema.
En la propaganda que sus promotores distribuyen en las reuniones electorales destaca: Todos queremos vivir en paz, caminar libremente por nuestras calles, por nuestras colonias. Los
tamaulipecos trabajamos mucho para vivir bien y se compromete a que “hará lo que sea necesario para protegerte a ti y a tu familia”, porque con él, asegura, las cosas se van a hacer bien.
Desafortunadamente para ambos, la mayoría de los ciudadanos desconfían que, sea quien sea el sucesor de Egidio Torre Cantú y el que gobernará el Estado el próximo sexenio, volverá la
tranquilidad a la entidad. Tampoco piensa que mejorará la situación en materia económica ni que habrá más empleo porque, entre otras razonesporque tienenbienpresenteque, cada vez que los políticos recorren las calles en demanda del sufragio, prometen que habrá mejorías, pero la realidad es que los años y los sexenios pasan y los problemas siguen sin resolverse.
Desde la percepción popular, el futuro de los tamaulipecos, como de los habitantes del resto de los Estados del país, no se vislumbra nada promisorio para los integrantes de las clases pobres.
Esa es una de las causas por las que, salvo lo que ocurre en los mítines electorales, las campañas no entusiasman ni atraen a los votantes sin partido.
Los estrategas políticos tendrán que inventar algo novedoso y atractivo para acaparar la atención de los electores, que están demasiado ocupados en buscar el sustento del hogar como para
interesarse en las reuniones políticas.
En otros asuntos, como lo ha venido haciendo el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés, en favor de los panistas de Tamaulipas, el dirigente nacional de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, salió a impulsar, a través de los spots que se difunden a través de la tele y la radio, el proyecto político del candidato del nuevo partido de izquierda a la gubernatura, Héctor Garza González, que buena falta le hace ya que, al igual que los aspirantes de otras agrupaciones, el morenista es totalmente desconocido para la masa ciudadana.
Fuera del PRI, el PAN y el PRD, sucede algo similar con los candidatos de los demás organismos políticos.
En el municipio de Madero, por otra parte, los candidatos de los partidos menores a los que generalmente se recurre para dividir el voto y favorecer al PRI, esta vez son inadvertidos. La candidata del Partido del Trabajo, Aracely Araujo Hernández y el del Movimiento Ciudadano, Francisco Vega Malagón, son tan pequeños que difícilmente podrán cumplir con esa misión, como lo hicieron hace tres años Irma Flores Treviño y Joaquín Hernández Correa.
Además de que no se sabe con seguridad a qué partido le quitarán más votos si al PRI o al PAN. Algunos consideran, por ejemplo, que, debido a que es más identificada con la causa del ex invencible, la mencionada en primer término se los quitaría más al tricolor, mientras que el segundo no se tiene idea.




