1.- En Tamaulipas cualquier ciudadano puede afirmar que madrugó, y que ya tiene “su candidato” a la Gubernatura del Estado, pero no cualquiera puede presumir que tiene dos. Yo tengo dos candidatos y si uno me falla, pues todavía me queda el otro, uno es “chapulín” y el otro es “golondrino”. Además tengo dos candidatos a la gubernatura por dos sencillas y claras razones: una porque me da la gana, y dos porque a mí los candidatos me gustan como las mujeres y los calcetines: por pares.
2.- Claro que la cosa no es fácil, porque mis candidatos andan mal de la cabeza. No son muy inteligentes y llegaron a la política por caprichos del destino. No puedo hacerles entender que todo proyecto político requiere de una estrategia, y un repertorio de tácticas, o cuando menos de una brújula. ¡Vuelan por instrumentos estos muchachos!.
3.- Se andan moviendo los pobres como los gavilanes viejos, con el puro vuelo; como los cantantes, con el puro pecho; como las mujeres malas, con las puras “pompis”, y así realmente como que no la van a “hacer” y la gubernatura sigue en la cola de un venado.
4.- Mi mala suerte es que mis 2 candidatos son igual de atarantados, y sobre todo mitómanos. Uno grita a todas horas que Enrique Peña Nieto lo apapacha, y el otro dice que Hilary Clinton y el “Peje” se mueren en la raya por su candidatura. O sea que según ellos, tienen mucho apoyo, pero el problema es que no se apoyan así mismos.
5.- En cuanto al dinero, que es el verdadero combustible de acción, el asunto está peor porque mis candidatos son codos, avaros y no sueltan ni siquiera alguna morralla para comprar chicles. Por eso andan bajos de carisma, y como son tracaleros piden fiada la simpatía, la comida, la compañía, el apoyo, al aplauso y hasta le tiran sablazos a sus partidarios.
6.- El problema mayor que voy a enfrentar como partidario sincero, es que mis dos candidatos vayan a venderse antes que yo los venda, o de que me venda a mí como pilón. Estoy preparado para todo. Desde el día en que me decidí a apoyarlos, sabía que debía prepararme para la traición, la vendimia, la calumnia y el “fuego amigo”.
7.- Por más intentos que hago en meterles fósforo en sus cabecitas, no logro despertarlos y eso me preocupa. Necesito provocar una crisis política y llegar hasta el caos si es necesario, con tal de hacer triunfar a alguno de estos rejegos y desobedientes muchachones.
8.- Si tuviera dólares, lingotes de oro o cuando menos algunos centenarios contrataría de inmediato a Bladimir Martínes, “Poncho” Sierra, Carlos Mora, y al “Pipo” Rodríguez, para armar una gran tormenta de desorientación, filtraciones y “mano negra” por todo el estado, y así ayudar al par de chicuelos que estoy proyectando a la gubernatura.
9.- Reconozco que no he sido frío ni objetivo al escoger a mis candidatos, para qué quieren que haga uno; siempre el prospecto más descerebrado nos roba nuestra ternura. Los quiero con amor de abuelo, aunque sé que son capaces de partirme el corazón, y por eso les dije: “no quiero nada con ningún hombre de respeto”, si vamos a ganar la gubernatura que sea con dinero limpio, y si alguno de ustedes me desobedece, sor capaz de….recibir el 50% de lo que aporten esos hombres tan prestigiados y generosos.




