En los últimos días mucho se ha dicho acerca del castigo que México recibiría por parte de la Federación Internacional de Fútbol Asociación, llámese FIFA, si es que la afición sigue lanzando desde las tribunas el ya tradicional grito de ¡Eeeeeeeh puto! cuando el arquero rival despeje desde su puerta, situación que con el respeto que usted amigo lector me merece, se me hacen puras patrañas.
Ni más ni menos raza, a mi parecer la Federación Mexicana de Fútbol se encuentra haciendo una tormenta en un vaso de agua, pues cuando en realidad hay problemas deportivos de fondo que analizar y que resolver, se fijan un distractor para enfocar la atención sobre de ello cuando es evidente que hay fallas mucho más graves y otras, que no dudo, se están tratando de ocultar con este señuelo.
Haga de cuenta como lo que los medios nacionales fabrican con la figura de Donald Trump, a quien en este momento prácticamente las televisoras tradicionales lo pintan como el mismo demonio por dichos racistas y la amenaza que representaría una futura presidencia del vecino país del norte, cuando indiscutiblemente tenemos enemigos internos mucho más peligrosos y que desde hace más tiempo nos vienen haciendo mucho más daño que el que podría hacernos el gringo multimillonario.
Recientemente investigaciones periodísticas del Grupo Proceso, revelaron que los traspasos de diversos jugadores al fútbol europeo se hicieron a través de cárteles delincuenciales en contubernio con clubes del máximo circuito de nuestro balompié.
En la actualidad hay múltiples sospechas acerca de los recursos con los que operan diversos clubes en el circuito de ascenso, así mismo, bien valdría la pena y ya entrados en materia, darle una investigada a las deudas y manejos financieros de los clubes de esta misma división, donde no tienen ni para pagar sueldos, algunos otros tienen deudas inclusive con proveedores, cuando no olvidemos que hay un cuaderno de cargos, donde los clubes están obligados a revelar de dónde provienen sus recursos y que cuentan con todos ellos para competir decorosamente en nuestro fútbol profesional.
Ahora bien, si FIFA en realidad tuviera en la mira a México por un simple y vulgar grito, desde hace cuanto se hubieran sancionado los gritos argentinos del tradicional “Hijo de puta”, que le lanzan a los árbitros y rivales de forma constante en su liga, gritos aún peores que he escuchado en tribunas del fútbol brasileño, lo que cantan y gritan las hinchadas chilenas, uruguayas, el florido lenguaje de los ultras españoles, tifosis italianos, holligans ingleses que forman parte del folclor, del ambiente y de todo lo que rodea al fútbol, como a todos los espectáculos deportivos como el box, la lucha libre y un sinfín de estas fiestas que nos guste o no van de la mano una con otra y que termina por ser un catalizador de las masas.
Por Dios señores, que la Federación tiene labores más importantes que resolver, como erradicar la violencia, exigir a los clubes medidas más severas de revisión para ingresar a los estadios, inclusive situaciones deportivas como una mejor competencia en la LigaMX u otro sistema para los equipos que buscan el ascenso y no la larguísima telenovela de tener que esperar un año para ver subir a un solo equipo, o mejor aún, modernizar, perfeccionar y transparentar el trabajo arbitral, sus designaciones, criterios y proceder.
Si le sigo así me acabo toda la sección de este día, creo que el mensaje se entendió. No se frustre, vaya, diviértase, respete al aficionado de un lado, exija al de la cancha y sea partícipe de la fiesta del fútbol como usted mejor le plazca y diga no a la violencia.
@luisdariovera