GUADALAJARA, Jalisco.- Cerca del medio día, María Elena Torres llegó con toda la actitud de aguantar el calor, el sol y la espera en la fila, todo por ver el Clásico Tapatío.
Lo único que no aguantó fue el precio de los boletos para el juego del domingo entre el Guadalajara y el Atlas.
Los últimos boletos para el Clásico Tapatío se pusieron a la venta este día, pero los aficionados que se formaron desde temprano se encontraron con que sólo podían comprar entradas de 580 pesos para arriba.
La señora Torres llegó en Uber a las afuera del Estadio Chivas y le marcó a su hija para presumirle que estaba haciendo cola para comprar boletos. Llegó con paraguas para el sol y agua helada para aguantar el calor. Estaba determinada a conseguir seis boletos para su familia.
Pero el animo decayó de a poco.
“Me dicen que ya no quedan más que de 600 pesos”, dijo Torres mientras hacía fila.
“La verdad yo esperaba comprar de 200 o 300, vengo con familiares que vienen de fuera y ya
400 pesos se me hace mucho para pagar”.
Chivas dio a conocer que este jueves pondría a la venta los últimos boletos del Clásico, luego que hace unos días, los aficionados con chivabono tuvieron preferencia para comprar sus entradas.
Tras 40 minutos de fila, Torres sacó de nuevo el celular y comunicó a su hija la mala noticia.
“Solo quedan de los caros… Ni modo, la lucha se hizo”, dijo por teléfono mientras se salía de la fila.
Armando Espinoza, Juan Carlos Llanes y Roberto Corona llegaron juntos a comprar boletos poco después de la una de la tarde, y se encontraron con la noticia de que solo quedaban entradas del medio campo, con costo de 700 y mil 100 pesos.
Armando, repartidor, y Roberto, actualmente desempleado, decidieron marcharse, después de 20 minutos de hacer cola; Roberto aguantó solo hasta comprar su boleto de 725 pesos.
“Mejor me hubiera comprado el Chiva Bono”, confesó entre risas. “Me gasté más de lo que quería, pero ni modo, mis Chivas andan con todo y este domingo me van a recompensar”.
Cerca de las 16:00 horas, los policías que controlaban el acceso desde la avenida exterior a las taquillas del estadio colocaron una manta que anunciaba boletos agotados.
A unos metros, los revendedores ofertaban boletos sin ser molestados por nadie, subiendo más de 70 por ciento del precio original.