LONDRES, Inglaterra.- La brutal violación de una novia tras una enlace de interés político y el asesinato, quemada viva en una pira, de una pequeña princesa, sacudieron la quinta temporada de Game of Thrones.
Tras el shock, muchos fans aseguraron que dejarían de ver la serie de HBO, críticos de televisión consideraron que la producción había ido demasiado lejos y una senadora estadounidense intentó orquestar un boicot en Twitter.
Sin embargo, estas son apenas dos escenas impactantes en una historia donde las infamias de los «malos» son legión. ¿Qué le espera al público en la sexta temporada, que se estrenará mañana?
Según un estudio del Washington Post, hasta la cuarta temporada la serie mostró 456 muertes. Un usuario de Tumblr, por su parte, investigó cuántas agresiones sexuales han aparecido: 50.
¿Son, entonces, los millones de espectadores de Game of Thrones masoquistas al dejarse estrujar el corazón tan frecuentemente?
«En el drama tiene que haber cierto grado de dolor y sufrimiento. Las cosas no pueden ir siempre bien. Si te gusta el drama, eres masoquista. Pones tus emociones en un ring donde todo puede pasar», opinó John Bradley (quien interpreta en la serie a Samwell Tarly).
«Hasta que tengamos el último libro (de George RR Martin) y veamos el último episodio de la última temporada, no sabremos qué tipo de historia es. Quizás el bien triunfa. O, tal vez, sin importar cuánto se esfuercen los buenos, el mal ganará».
Actores de la saga reconocieron haber sufrido, tal y como los fans, al grabar las escenas, pero aseguraron que éstas no son gratuitas.
Iwan Rheon, cuyo personaje, el sádico Ramsay Bolton, fue el agresor sexual de Sansa Stark (Sophie Turner), una de las mujeres que más han sufrido en la trama, aseguró que no pudo dormir al conocer la secuencia que tendría que grabar.
«Fue horrible porque fue hecha para ser horrible», consideró en un evento para promocionar el Blu-ray y el DVD de la quinta temporada, ya a la venta.
Eso sí, despotricó contra las cruzadas de linchamiento a la serie que se realizaron en redes sociales.
«Creo que si más personas pusieran sus esfuerzos en las organizaciones que ayudan a las mujeres de hoy en día a lidiar con el horror de una violación, y se esforzaran menos en las redes sociales, tal vez las cosas podrían cambiar», dijo el galés.
La muerte de la princesa Shireen Baratheon (Kerry Ingram) de la mano de la sacerdotisa Melisandre (Carice van Houten) fue, supuestamente, la fórmula para asegurar una victoria bélica de su padre, Stannis (Stephen Dillane).
Van Houten recordó que vivió sensaciones divergentes al momento de la grabación.
«Como actor dices: ‘Esto es épico. Nadie, nunca, lo va a olvidar. Esto supera cualquier cosa’. Pero como persona dices: ‘Esto es lo más horrible que alguien pueda hacer’. Los tuits de fans que más recibo dicen: ‘Muere, perra, muere'».
Liam Cunningham (Davos Seaworth) defendió el hecho de que Game of Thrones es una serie hecha por adultos y para adultos.
«Dan (Weiss, productor ejecutivo) nos explicaba que al ver eso (a la princesa quemada), una de las cosas que venían a la mente era el fundamentalismo religioso
«Si mantenemos a todos contentos al no mostrar ningún tipo de violencia ni sexo, la audiencia se volvería contra nosotros y diría: ¿qué, tenemos 4 años?», dijo.