En un mes habrán terminado las campañas electorales y los tamaulipecos se prepararán para ir a votar.
Han pasado poco más de dos semanas desde que los candidatos a alcaldes iniciaron sus actividades de proselitismo y a diferencia de los aspirantes a la gubernatura, han pasado con más pena que gloria.
Porque quienes sueñan con llegar al Palacio de Gobierno en la capital del estado, han mostrado en mayor o menor medida, seriedad para encarar el reto que se propusieron.
Mucho se ha escrito sobre las verdaderas aspiraciones que pudieran tener uno u otro de los candidatos, pero la verdad es que desde los dos con verdaderas posibilidades de ganar, hasta los más pequeños, han puesto empeño en recorrer el estado para intentar hacer llegar su mensaje a la mayor cantidad de ciudadanos posibles.
Desde luego las limitaciones pesan. Los reflectores no pueden ser iguales para todos, y en sus capacidades también hay diferencias. Pero ahí están.
Llama la atención por ejemplo el caso de Jorge Valdez. Para muchos el perredista estaba llamado a ser una anécdota más en la contienda por la gubernatura. No es para menos, su comportamiento en el pasado presagiaba una campaña más en broma que en serio.
Y aunque está lejos de ser el candidato que revolucione la campaña, y difícilmente llegaría al tercer lugar, el de Nuevo Laredo se ha puesto el overol y por lo menos el primer mes le puso ganas a la talacha proselitista.
Lo mismo ha pasado con los demás representantes de la oposición que están desquitando las pocas o muchas prerrogativas que se les concedieron.
La labor de los ocho candidatos a la gubernatura cobra mayor valor si se le compara con lo que ocurre en muchos de los municipios de la entidad.
En Matamoros por ejemplo, salvo los aspirantes a la alcaldía del PRI, PAN y uno de los independientes, el resto no ha dado muestras de su existencia.
Las limitaciones presupuestales son el primer pretexto al que recurren para justificar su falta de trabajo. La verdad es que precisan talento y creatividad para ofrecer campañas serias con lo poco que tienen. Hay muchos ejemplos en todo el país de candidatos que han sabido sobreponerse a la escasez de recursos económicos y materiales.
Lo que presenciamos más bien es la crisis que sufren la mayoría de los partidos políticos de oposición.
Sin estructura, sin simpatizantes, sin ideología. No podrían estar peor.
El round 2
Aunque es la última oportunidad para que cualquiera de los participantes despunte en la recta final, lo más probable es que hoy veamos una reedición de lo ocurrido en el primer debate. El fuego cruzado por encima de las ideas. Las acusaciones sin pruebas, por encima de las criticas con fundamento.




