Los que llamaron delincuente al candidato del PAN a gobernador, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, en el primer debate electoral llegarán al segundo ejercicio en circunstancias comprometedoras, ya que el senador publicó en su cuenta de facebook documentos oficiales que hacen constar que no existe ninguna resolución oficial que demuestre que tiene antecedentes penales.
Además de una entrevista hecha al Fiscal del Condado de Hidalgo, Texas, el abanderado de Acción Nacional dio a conocer ayer comunicados de la corte de la mencionada comunidad texana y de la Procuraduría General de la República de México que revelan que no enfrenta acusación ni proceso judicial, como afirman sus adversarios políticos.
¿Qué dirán en el debate de este miércoles los candidatos del PRD, Jorge Valdez Vargas, y del Movimiento Ciudadano, Gustavo Cárdenas Gutiérrez, sobre los oficios en cuestión que prueban que las imputaciones que formularon contra el abanderado blanquiazul, carecen de fundamento?
No se sabe. Sin embargo, todo indica que, contra lo que aconsejan los cánones políticos y exige la sociedad, la guerra de descalificaciones y acusaciones mutuas no cesará sino que la película del duelo de chismes y pleitos de vecindad, protagonizará el día de hoy la segunda parte.
Los representantes del PRI denunciaron ayer a Cabeza de Vaca por supuesta coacción del voto. La querella fue presentada ante la Procuraduría de Justicia del Estado por el Secretario de Acción Electoral
del PRI, Héctor Villegas Abundis, en la que argumentan que el panista habría entregado a los electores tarjetas de prepago, como las de Monex utilizadas por el tricolor en la elección presidencial del 2012, que los receptores pueden canjear por dinero.
Mencionamos el tema de las tarjetas Monex porque, si es fundada la denuncia del ex invencible contra el reynosense, el nuevo caso de compra del sufragio podría tener un desenlace similar al denunciado ante las autoridades en la contienda electoral de hace cuatro años, es decir que no pasará nada, a pesar de que se trata de un delito electoral. A menos de que, como ahora el inculpado es un representante de la oposición, el incidente tuviera un final distinto.
En su resolución de aquella ocasión, el desaparecido IFE informó que para la distribución del plástico los priístas utilizaron empresas fantasmas y que los 66.3 millones de pesos que desembolsaron para adquirir las 9 mil 924 tarjetas entregadas a igual número de votantes se pagaron a través de Banamex.
No obstante haberse comprobado plenamente la comisión del ilícito, el resolutivo del árbitro de la contienda federal únicamente dispuso que la suma aludida se contabilizara como gastos de campaña y asunto arreglado.
En ese escenario de imputaciones y sospechas, todo hace pensar que las exigencias de la sociedad de que en lugar de que los candidatos utilicen el espacio de expresión para intercambiar diatribas compitan con propuestas para ayudarle a la gente a resolver los graves problema que la agobian, tendrán que esperar para otra ocasión porque la nueva delación priista anticipa que, como sucedió el 23 de abril, la acusación en turno será el centro del debate de esta noche.
Lo triste del caso es que los electores tamaulipecos se encuentran tan decepcionados de los partidos políticos y de los procesos electorales que las propuestas y compromisos de los candidatos no solamente les parecen engañifas de campañas sino hasta les dan risa. Aunque duela decirlo, ese es el sentir de amplios segmentos de la población y una de las razones por las que seguramente miles de
personas no acudirán a las urnas a emitir el sufragio en los comicios del 5 de junio.
El candidato priísta a gobernador de Veracruz, Héctor Yunes Landa, a propósito, dio a conocer una buena propuesta. Dijo que pactará con Baltazar Hinojosa Ochoa para aplicar, si el voto popular los lleva al triunfo a ambos, una nueva estrategia desinada a frenar la delincuencia en el sur de Tamaulipas y norte de Veracruz. Porque el asesinato del ganadero Albino Sosa Terán, como el de los empresarios Juan Manuel Gómez Fernández y José Gómez Monteverde, evidencian que la de Osorio Chong no ha dado resultado.




