CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Dos establecimientos en construcción bendijeron la obra con la cruz, ayer 3 de mayo, el día del albañil: el de Little César por la calle 8 y Carls Jr.
Aunque la costumbre parece ocultarse bajo los escombros, hay hombres que apegados a la fe, la construyen y le colocan las flores para bendecir el trabajo.
Ahora ni pollo ni las caguamas desfilaron en la fiesta de los albañiles. Los logros sindicales obtuvieron el día 3 de mayo como un día de asueto por costumbre. No lo marca la Ley Federal del Trabajo, pero tampoco se obliga a los albañiles para asistir a la construcción, quienes lo hacen reciben pago doble y si son afortunados hasta una comida para celebrar su día les toca.
En otras obras el día pasó desapercibido, a los patrones les interesa el avance de la construcción y dicen que no lo festejan porque en Tamaulipas no veneran la cruz a comparación de estados del centro del país.
Pero en Carls Jr., el ingeniero de la obra llegó con pollo para todos…
«El pollo sin gas, sabe mejor», decía uno de los trabajadores mientras se acercaba a la mesa improvisada para el festejo.
«¿Por qué sabe mejor sin gas?… «porque es sin gastar», decía el joven trabajador que después de comer decidió continuar su jornada para recibir salario doble por este día.
El resto se fue a descansar luego de la comida, aunque antes se les había visto emocionados colocando la cruz en la parte más alta del edificio, adornada con rosas.
Pedro Andrés Cervantes Morales, se llevó el día organizando la fiesta para la Santa Cruz… no sólo está lejos de casa extrañando las tradiciones de Tlaxcala, él todavía tiene fe y colocó una ofrenda de monedas para bendición del próximo negocio que ahora levanta sus paredes en la calle 8 y para que a él y sus compañeros no les falte la chamba.
«Allá en Tlaxcala sí veneramos a la Santa Cruz, ahora tengo en Victoria dos meses, llegué aquí por mi trabajo. De Tamaulipas sólo tengo cuatro compañeros, el resto son también de Tlaxcala y del estado de Puebla. Preparamos la fiesta de imprevisto, la empresa no nos dio permiso para hacer el festejo, parece que aquí se está perdiendo la tradición, nosotros lo hicimos por cooperación entre el
arquitecto y su servidor», dice don Andrés, quien extraña este día en su tierra…
«Allá se celebra en grande, se hace la misa, se busca padrino para la cruz, bebida y si se puede baile y un grupo. Desde hace 15 años que trabajo en la obra, no estoy muchos años en mi tierra, siempre me toca la celebración cuando ando trabajando.
Aquí sólo alcanzamos para tener una carnita asada y ya. Los materiales para la cruz los conseguimos aquí en la obra. La Cruz la hicimos desde la semana pasada, hoy la pintamos de blanco, el listón es de los de precaución y las flores son de los árboles de allá enfrente», dice Andrés emocionado, mientras indica hacia los jardines del restaurante Don Jorge, donde las flores de bugambilia y flores de ángel en color celeste sirvieron para adornar la santa cruz.
Al fondo ya se quemaba el carbón para asar el bisteck y un poco de costilla de res.
En Tlaxcala, Andrés sabe que la celebración se organiza con una semana de anticipación. Aquí trató de hacer lo mismo y construyó la cruz cinco días antes. Por fortuna encontró apoyo en sus compañeros y la fiesta no pasó desapercibida.
Por el libramiento donde se construye la agencia automotriz Volkswagen se encuentra don Tomás Gallardo, con 40 años de experiencia en la construcción, ahora ni él se emociona con el festejo.
Ya no hay una cruz en su trabajo… «Ni cruz, ni pollo», gritan los compañeros al fondo, mientras don Tomás explica que la tradición se está perdiendo.
«Antes llegando al trabajo a las 7:00 ya teníamos hecha la cruz, nos organizábamos para eso. Luego luego entrando en la mañana la subíamos. La hacíamos en ese momento y nos organizábamos en lo que unos hacían la cruz otros buscaban los adornos, pero le estoy hablando de los años ochenta. Ahora llegamos y nadie se acordó de la cruz».
Don Tomás desayunó café y galletas, así llegó hasta la obra donde labora, con su lonche de huevito con salchichas, que compartiría con otros jóvenes que llevaban chorizo en salsa y huevo con jamón.
«Me traje el lonche normal, antes hasta las mujeres descansaban de hacernos lonche porque sabían que íbamos a comer, pero ahora se levantaron igual. Aquí desde hace dos días nos habían dicho que no habría festejo, así que trabajaremos normal, sólo se supone que tendremos doble sueldo. Así nos platicaron y la tradición se va perdiendo, porque hay creyentes, mas no católicos».




