8 diciembre, 2025

8 diciembre, 2025

En picada

Golpe a golpe

La caída de Francisco Javier García Cabeza de Vaca en las preferencias electorales, a escaso un mes de celebrarse la jornada comicial, obedece, simple y llanamente, al terror causado entre la población por sus vínculos con la delincuencia.

Sobre todo por las fotografías que pululan en las redes sociales (con su imagen) donde el grupo armado ‘Pedro J. Méndez’ le brinda su apoyo intimidando (prácticamente) al electorado de Hidalgo, Mainero y Villagrán (directamente). Pero afectando también a los ciudadanos de San Carlos, San Nicolás, Padilla y Güemez.

Por si fuera poco, en Miguel Alemán –un municipio fronterizo que ha sido señalado por estar bajo el control de cárteles–, ante la presión de su banda, presuntamente ya dimitieron algunos candidatos al ayuntamiento.

Y eso ha derivado en la caída de Paco en el ánimo poblacional.

Al menos, en lo que respecta a la contienda actual, porque a lo largo de su participación en asuntos político-administrativos, Paco ha cometido diversos ilícitos del fuero común como federales –aquí en México y más allá de las frontera norte–, según revela su historial.

Breve recuento
Durante el régimen presidencial de Vicente Fox Quesada, sus entenados Manuel, Jorge Alberto y Fernando Bribiesca Sahagún –los hijos de Marta María, quien abandonó a su esposo (Manuel), según dijo para
‘consolar’ al que entonces era su patrón ante la infidelidad de su cónyuge (Lilian de la Concha)–, cometieron infinidad de ilícitos.

Muchos en complicidad con su mejor amigo Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien hoy es candidato albiceleste a la gubernatura del estado.

Él jamás ha negado esa relación, pese a que en la Unión Americana hay procesos judiciales abiertos en su contra –concretamente en la Corte del Distrito Sur de California–, por estar implicados en fraude electrónico, conspiración, complicidad y encubrimiento.

Inclusive en la Procuraduría General de la República (PGR) –acá en México–, existen varias denuncias por su comisión delictuosa. Y en ellas aparece Paco como indiciado, por 1) solapar y/o encubrir el contrabando, 2) la compra-venta de avionetas robadas, y 3) un fraude con la invención de empresas ‘fantasma’ para lavar dinero.

Todos ejecutados durante su trienio edilicio (en Reynosa), aunque a lo largo del régimen foxista (2000-2006) cometieron muchos otros.

La estafa más significativa fue la de la empresa Oceanografía contra Citigroup, que le prestó 585 millones de dólares, sin que le pagaran.

Oceanografía (propiedad de los Bribiesca Sahagún), fue incriminada también por causarle grave afectación a Petróleos Mexicanos (Pemex) –el fraude alcanza tres mil 250 millones de pesos–, pero Daniel Francisco Cabeza de Vaca, cuando era titular de la PGR le dio carpetazo al asunto.

Fue en aquella época, supongo, cuando Francisco Javier aprendió a burlar a la justicia –antes, por su inexperiencia en actos vandálicos hasta lo ficharon, allende el río Bravo y acá de este lado–, como ahora hace en la comisión de delitos electorales.

Su relación con grupos delictivos, sin embargo, no para ahí, como lo consignan los anales del crimen y lo registran los distintos medios que no ha podido sobornar.

Evidencia clara
El domingo que nos antecede (en este mismo espacio) le comenté sobre el temor ciudadano que existe de que la delincuencia organizada pudiera estar operando (con sus intimidaciones) en favor Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

Y más porque el candidato albiceleste no ha establecido su posición públicamente, sobre las mantas con su fotografía donde el grupo armado ‘Pedro José Méndez’ le brinda abiertamente su apoyo.
También dije:

Esto y más me lleva a deducir que a Francisco García no le interesa combatir limpiamente por la gubernatura porque, de antemano, sabe que perdería. Y por eso recurre a la confrontación, como una estrategia de su campaña, según deduzco, por ése comportamiento que lo exhibe tal cual siempre ha sido, aunque con falsos reconocimientos (recibidos allende el río Bravo) intente limpiar su negro pasado y muy cuestionable presente.

Tan así sigo creyendo, porque (aún) el miércoles que nos antecede, cuando tuvo lugar el segundo debate entre los ocho candidatos a la gubernatura, sin importarle la exhibida que al reynosense le dieron por su ‘compra’ de votos con tarjetas de ‘compromiso electoral’ –aunque el hecho constituye un grave delito federal–, tanto como el recuento de sus antecedentes criminales y/o por haberse enriquecido
ilícitamente, una vez concluido el encuentro, Ricardo Anaya Cortés (a) ‘El Cerillo’, salió a defender lo indefendible, porque, según él, se trata de ‘un individuo honesto y vertical’.

¿Y qué otra cosa podría haber aseverado si él mismo lo impuso como candidato, pese al rechazo del panismo tradicional?
De eso existe constancia clara; como igual del negro pasado político del queretano, quien acusa a los priistas de ser los únicos responsables del clima de inseguridad y del trance económico que vive el país.
¿Acaso su mala memoria le impide recordar que fue durante los dos regímenes presidenciales del PAN cuando el país se convulsionó porque Vicente Fox Quesada y Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, cada uno en su tiempo y espacio, no sólo solaparon el crecimiento delincuencial, sino que alentaron el fortalecimiento de los grupos afines a sus intereses?

Por si fuera poco, ambos hicieron cuanto estuvo a su alcance para:
a) Frenar la producción del campo mexicano;
b) Ahuyentaron la inversión del capital doméstico, y
c) Hasta le permitieron a transnacionales desemplear a millones de trabajadores para importar mano de obra todavía más barata (la oriental) y con menores derechos laborales.

También los dos se confabularon con Elba Esther Gordillo Morales a fin de impedir el desarrollo educativo; pretendieron entregar a extranjeros el dominio del sector energético y hasta fracturaron gravemente al PAN, anulándoles voz y voto a las corrientes ortodoxa y progresista.

El pueblo tiene memoria (¡claro que la tiene!), por lo que no se traga las mentiras que ‘El Cerillo’ dice.

Y menos cuando allá en su natal Querétaro, a Ricardo Anaya Cortés se le recuerda por su costumbre de comprar votos, reprimir periodistas; o prestarse al juego de avalar obras inexistentes para justificar gastos de la autoridad gubernamental.

Basta echarle una revisada a la hemeroteca queretana, para ratificar lo aquí dicho, en el entendido de que: ‘A los beatos, se les beatifica; a los santos, se les santifica; y… a las ratas, se les ratifica’.

Ni modo que sea cuento.

Conclusión
Hasta donde sé, antes de cruzar la primera mitad de esta campaña entre el equipo más cercano a Francisco García, se mantenía certeza plena de estar arriba en las encuestas –sólo en las que se ventilan públicamente–, con relación a Baltazar Manuel Hinojosa Ochoa; y muy por encima en lo que atañe al resto de sus pares.

Pero en las mediciones serias –las que no se dan a conocer, porque no convienen al retrasado–, Paco siempre ha estado abajo.

De cualquier forma, si tomamos como parámetro los sondeos hasta hoy divulgados, la simpatía hacia Baltazar ha crecido considerablemente y la caída de García, en el ánimo popular, va en caída, por al menos tres motivos:

1) Su lenguaje soez, bravuconadas y altanería;
2) Los vínculos que se le atribuyen con grupos delictivos promotores de su campaña, pues hasta la fecha no ha negado ni menos admitido, en público, su relación, pese a que hay en fotografías, supuestas evidencias de que estos mantienen aterrorizados a los pobladores de los municipios donde el voto verde es significativo; y
3) La mar de procesos judiciales que ha enfrentado, desde joven y/o casi niño, tanto en la Unión Americana como acá de este lado por delitos graves y/o gravosos.
Cierto es, sin embargo, que Tamaulipas requiere un cambio.
Pero un cambio para bien. Y no en reversa porque también significa un cambio, pero hacia el retroceso.
De ahí la caída de Francisco en el ánimo ciudadano.

Campañas pobres
Resulta claro que hasta hoy pocos son los candidatos a las alcaldías que en campaña ha sudado en serio la camiseta en la búsqueda del voto que los lleve a convertirse en presidentes municipales.

Y sí, por el contrario, la mayoría sólo genera hartazgo por exhibir un bajo nivel de competencia.

Ocurre porque ésos aspirantes le apuestan a ganar en los tribunales lo que quizá no logren obtener en las urnas. Y, sobre todo, han sustituido el debate con desplantes de autosuficiencia.
Tan es así que hacen como que están en campaña, pero a la menor provocación se lanzan a la yugular del adversario.

Basta echarle una hojeada a los medios de comunicación masiva (impresos) para darnos cuenta de que su oferta electoral poco impacta en el ánimo ciudadano, en tanto las descalificaciones y epítetos son ahora su mejor bandera proselitista.

En su perorata cotidiana, hablan de temas tan recurrentes como el desempleo, la inseguridad, la injusticia social, el bajo nivel educativo, las mujeres maltratadas, la pobreza, la falta de oportunidades para los jóvenes y el hambre de nuestros hijos, pero no se atreven a decirle al pueblo que están prácticamente impedidos para aliviar esos males, simple y llanamente por tampoco saber cómo solucionarlos y menos cuando buscan arribar a los ayuntamientos sin recorrer las localidades que proyectan presidir.

Por eso lo que lee y escucha el electorado, en todo caso, no pasa de ser un catálogo de buenas intenciones, cuya diferencia entre uno y otro prospecto lo marca el énfasis que cada cual aplica a su discurso.
Esto es lo que podría distinguir a un proyecto de otro.

Retórica pura
La población de ningún modo pretende encontrar en la boca de los candidatos resultados mágicos, pero sí un mensaje coherente que evidencie compromisos y el conocimiento acerca de lo que éstos ofertan como solución.

Igual es entendible que la población se sienta agraviada y exija algo más que la buena y noble voluntad de los alcaldes que vienen.

¿Y los debates?
Hasta hoy en ninguno de los municipios con mayor densidad poblacional la autoridad electoral ha convocado al debate, aunque, se supone, debe aparecer en toda contienda para darle mayor seriedad a la competencia.

De buena fuente sé que hay candidatos de oposición que desde ahora rehúsan medirse con sus adversarios públicamente.

Eso me lleva a dejar en claro que si ellos no quieren debatir, que no lo hagan, pues lo más importante ahora es ir al encuentro con la ciudadanía y escucharla, atenderla, analizar su postura… lo que de ningún modo cancela obligación de mostrar en público su proyecto.

Y justamente eso es lo que podría inclinar la balanza el día de las elecciones.

Por tanto, no basta con privilegiar la cultura del engomado, los mensajes cortos en medios electrónicos o andar como saltimbanquis haciendo creer que están en campaña.

Igual sería suicida soslayar el hecho de que la estructura partidista, que soporta a los contendientes son bastante limitadas, bajas en mística y viciadas, merced a la contaminación pragmática que les endilgan los sistemas de control institucional.

Nadie en su sano juicio puede ignorar que en conjunto los individuos que deciden pertenecer a un partido político con dificultad llegan al 10 % del padrón electoral.

Ello significa que el grueso de las personas en edad de votar no han encontrado la suficiente motivación para expresar su pertenencia hacia un membrete de los que ahora toman parte en el proceso electoral de este 2016.

La experiencia también señala que las tendencias que permanecen latentes e inactivas, una vez que palpan la mentira y el engaño o la seriedad y justeza de las propuestas, salen de la pasividad e imponen su voluntad en las urnas.

De ahí que advierta: aún es tiempo de que los candidatos eleven la mira y expresen con claridad cómo, cuándo y dónde piensan transformar la problemática actual.

Ellos tienen la palabra y la obligación de hacerlo.

No hay de otra. Y menos si juegan a convencer y ganar.

Por eso insisto en que el triunfalismo, la perversión, el sectarismo y las bravuconadas, así como la tentación a manipular el voto, deben quedar al margen en la contienda, puesto que la sociedad más que pan y circo lo que merece es, precisamente, respeto.

E-m@il.
Jusam_gg@hotmail.com

Caminante, no hay camino
Jesús de la Garza Díaz del Guante, en Matamoros, tiene todo a su favor, para recuperar la plaza.

Sin embargo, también lidia entre su equipo de campaña con actores protagonistas que le disputan el crecimiento priista –natural ante la caída opositora–, que por anticipado quieren cobrar favores.
Sobre todo en el área de comunicación.

De ahí que advierta que ‘Chuchín’ no gobernará con los mismos aún cuando se los recomienden en esta capital.

Se hace camino al andar
El tema de los tamaulipecos con capacidades diferentes, siempre me ha llamado la atención.

No desde el punto de vista médico. Pero sí, ante el comportamiento social, pues cotidianamente observo abusos en su contra, como ocupar, en los estacionamientos, los cajones destinados para ellos.

La señora Marcela Ronquillo de Hinojosa en apoyo a la campaña de su cónyuge (Baltazar), ha ofrecido que durante el régimen de su marido (si resultase electo gobernador de Tamaulipas) se creará un acuario para la ‘delfinoterapia’, que atienda a las personas que requieran una mayor estimulación en su cuerpo; la instalación de rampas que permitan un fácil acceso; más y mejores centros de atención múltiple para la educación especial en cada uno de los municipios.

Bien por ella.
Sobre todo cuando su proyecto es que todos los ciudadanos aporten al cuidado de sus semejantes, sin importar la desigualdad física.

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