La frase, aunque resulta mucha más apropiada para un acto religioso que para intentar una reflexión política, revela mi nivel de molestia por lo que está sucediendo en el terreno electoral de Tamaulipas.
Caray, ¿será que no es posible buscar votos realzando los méritos propios y que sólo se pueden obtener éstos enlodando a los adversarios?
Soy un convencido de que sin excepción todos los partidos y todos los candidatos que buscan un cargo de elección popular deben tener, tienen que tener, algo aprovechable, algo positivo. Algo bueno, pues. Todos.
Pero lo que hacen algunos protagonistas de estos escenarios semeja, en una paradoja sin fin, una comedia, una tragedia y para cerrar, una parodia.
Si me permite, empezaré con la relatoría de hechos del fin de semana.
Tras el anuncio del líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, sobre la expulsión de tres candidatos de ese partido por deslealtad a esas siglas; Ricardo Anaya y Beatriz Mojica, Presidente y Secretaria General del PAN y del PRD respectivamente, exigieron que la PGR investigue al dirigente tricolor por presunto encubrimiento, debido a que éste dejó en el aire la posible vinculación del trío con la delincuencia. Sustentan el reclamo por el hecho de que Beltrones no los denunció formalmente.
Qué estupidez. Si por no hacerlo Manlio Fabio debe ser sometido a una indagatoria penal, tendrían que hacerlo también con 9 de cada 10 tamaulipecos, porque no hemos denunciado algo que presumimos que es un delito o porque no nos atrevimos a levantar un acta sobre un crimen en el cual no tuvimos injerencia, pero nos tocó la mala suerte de presenciarlo o estar cerca. Y vaya que sucede.
No es eso todo. A la dirigente municipal del PRI en Victoria, Lucía Aimé Castillo, la denuncian también por actos ilícitos de campaña, por atreverse a organizar un festival para las madres.
Ojo: sólo para las mamás de quienes integran la estructura territorial priísta en ese municipio. No hay petición de voto, no hay exhortos a favor de alguien, es un evento interno. Y sin embargo para algunos es una infracción. Otra estupidez.
Para cerrar con broche de oro, el PAN insiste en satanizar al candidato del PRI a gobernador, Baltazar Hinojosa, por haber sido Secretario en el gobierno de Tomás Yarrington. Demonios, ¿entonces todos los que trabajaron en esa administración o quienes tuvieron una responsabilidad oficial en ella tienen que ser considerados criminales por ese hecho?
Me recuerda esto a la declaración de Andrés López Obrador al perder ante Enrique Peña: “Los 19 millones de mexicanos que votaron por Peña lo hicieron porque son igual de corruptos que él”. No creí volver a escuchar una estupidez como esa, pero hoy en Tamaulipas me encuentro con otra similar.
Sí. Es por eso que me surge lo religioso ante semejante fila de desbarres: Por el amor de Dios…
BALANCES
En Tamaulipas empezó la etapa de las valoraciones en las acciones gubernamentales estatales. Es tiempo de los balances.
Suelen ser estos escenarios de luces y sombras, en donde la oscuridad llama más la atención. Por eso prefiero dar cuenta de lo luminoso.
El Sector Salud estatal es una muestra de esas luces. Tres primeros lugares nacionales consecutivos; la operación de 300 Centros de Salud que en los hechos cuentan el doble porque incorporaron el horario vespertino, todos con 90 por ciento en abasto de medicamentos; un avance espectacular contra la obesidad y la instalación de un sólido dique contra males como el dengue, zika y chikungunya, que se convirtió en modelo nacional.
Fuera de apreciaciones sobre las rodillas, los números hablan y los premios enaltecen. Excelente trabajo doctor Norberto Treviño; encomiable apoyo, gobernador Egidio Torre…
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