Dice Gustavo Cárdenas, candidato de Movimiento Ciudadano, MC, que el gobierno federal debe quitarse de socarronerías y cumplirle como es debido al estado de Tamaulipas.
Eso implica, según el dirigente de MC, enviar el equipo de seguridad que se requiere para darle la paz efectiva a sus habitantes, bueno, mientras no sea la paz del sepulcro, todo está bien.
Tamaulipas es un ejemplo de lo que no debe hacerse por parte de las autoridades federales, son casi diez años de mantener el estado de sitio con pobrísimos resultados, ya lo hemos repetido hasta la saciedad.
Pero no nos cansaremos de insistir en que la estrategia contra los grupos delictivos carece de las condiciones especiales para un territorio que no es igual a Michoacán, Veracruz o Guerrero.
Lo vimos el sábado, muy cerca de la capital del estado, en Hidalgo, volvieron los bloqueos, dicen las autoridades que a consecuencia de un operativo de seguridad, pero es un contrasentido, esos operativos muestran la vulnerabilidad de las instituciones que siguen sin mostrar acciones definitivas para volver a la tranquilidad.
Gustavo pide acciones de la federación, Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación dirá que hay atención a este rubro.
Pero los ciudadanos continúan padeciendo los estragos de las acciones de ambos bandos.
En Estados Unidos se aplica un término ligado a salud pública, cuando se trata de explicar las incursiones contra los grupos delictivos que operan en ese país.
El principio es disminuir los efectos nocivos en la población no relacionada con la operación de organizaciones criminales.
Si no se aplicara la salvaguarda de la salud pública veríamos lo mismo que pasa en Mexico: balaceras, secuestros, asesinatos de personas ajenas a actividades delictivas.
Y así ninguna sociedad puede sobrevivir, ni desarrollarse. Aquí hace falta repensar qué se busca con el combate de los grupos de criminales en las calles, avenidas y carreteras del estado, si en ello se pone en peligro a personas inocentes.
¿Es que no se puede realizar una labor de inteligencia que no implique necesariamente el uso de la fuerza en espacios públicos?
En Tamaulipas estamos como al principio, la población ve pasearse a los delincuentes, los conoce, no los denuncia por miedo, y las autoridades hacen como que no los ven.
El proceso electoral está siendo enlodado por las autoridades y por los grupos delictivos. Hay voces dentro del Partido Acción Nacional que se alzan contra la designación de Francisco García Cabeza de Vaca como candidato y piden su reemplazo.
Algo para lo cual ya casi no hay tiempo, según las reglas electorales, aunque todos sabemos que hace seis años la muerte de Rodolfo Torre, Enrique Blackmore y tres guardaespaldas, llevó a la sustitución del candidato, aunque en las boletas estuvo el nombre del ex secretario de Salud.
En relación a la sustitución del candidato blanquiazul ya dijo el reynosense-McAllense que él no se retira de la contienda.
Por otro lado se menciona en columnas de la capital del país que durante una reunión a altas horas de la noche en esa ciudad, Leticia Salazar, la alcaldesa de Matamoros dijo «se los dije» a la dirigencia panista al referirse a la desafortunada selección de abanderado blanquiazul, ahora que están poniéndose las cosas al rojo vivo y el estado se encuentra polarizado.
Lo que sucede aquí me recuerda a lo vivido en el mes de noviembre en Buenos Aires, Argentina, en los días previos a la elección presidencial en que los estados de ánimo se encontraban polarizados entre Scioli el candidato oficialista y Macri, el opositor conservador.
El triunfo de Macri no ha significado una mejoría para los argentinos, el rechazo de la política peronista a través del Kirchnerismo y Cristina, no ha traído buenas cosas a los habitantes de ese país. Puesto que ha aumentado más un 40 por ciento el costo de la vida en apenas cuatro meses del nuevo gobierno.
Pero tampoco era opción continuar la misma política en esa nación suramericana.
Me pongo a pensar, qué pasará en Tamaulipas una vez que hayamos emitido nuestro voto el cinco de junio y sepamos quién gobernará el estado los próximos seis años donde ninguna de las dos opciones más visibles, no se antoja que sea lo que la entidad necesita en estos momentos, ni el PRI significa una opción certera para aliviar la situación, ni el PAN está en posibilidades de darle rumbo a este barco que anda encallando.
En ese ambiente ¿estaremos en posibilidades de ver una solución real a la inseguridad o seguiremos navegando en el mar proceloso de la incertidumbre y de las promesas vacías de campaña?
Mientras eso sucede me quedo con el epíteto de Gustavo refiriéndose al gobierno federal socarrón que hace como que hace y al final no hace nada por devolvernos la tranquilidad robada.
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