Por el bien vivir. La cultura no es una incorporación a la existencia humana ni un apéndice del todo como construcción de su sensibilidad. La cultura es lo corpóreo espiritual de los seres humanos, la distinción más imaginativa sobre los seres vivos. Aunque Bertrand Russel, el filósofo inglés apostaba; “Que el hombre es la creatura más inteligente del universo, y abreviaba; Pero aún no sabemos lo que piensa la amiba”.
Los proyectos institucionales de cultura sino comprenden al ser humano en lo gestual y sensitivo, adolecen de la fuerza para su aplicación.
La cultura es una convocatoria para todos pero es más eficaz si su oferta se dirige a capas sensibles de la población que sean detonante de realización humana. Quiero decir que si la cultura a través de sus gestores puede ser más eficaz si los promotores, artistas, creadores, administradores sean parte de esa cultura dentro de lo corporal, en la inteligencia y sensibilidad para servir a los más.
La democracia cultural no entraña una repartición igualitaria de los bienes culturales, contiene si, la apropiación de mejores argumentos, y de calidad creativa para servir a los más.
El arte se integra a ese todo creativo. Se integra en constancia, entrega y calidad expresiva.
El sentido de élite conviene al arte en la dirección que expresaba Bertold Brech, “una élite más grande”, es decir, servir a los más en calidad y eficacia de los placeres del arte. Enalteciendo a quien lo practica, dignificando la condición humana.
El Foro “Cultura para Todos por el Buen Vivir”, dentro de las posiciones que enarbola el PRI, con su candidato a la gubernatura Baltazar Hinojosa Ochoa, postula la comprensión y la aplicación de la cultura como parte de la dieta social, de la inteligencia como creación de los artistas a la comunidad.
El reciente foro temático, constituye un esfuerzo significativo por un mañana mejor para Tamaulipas.
