Un “pancho” en el lenguaje diario significa escándalo, ridículo, desmadre. Así se entiende en el Facebook, en Youtube, en Twitter, en el Whatsapp, en el día a día. Un pancho es una situación bochornosa en la que los protagonistas se exhiben por sus acciones.
Un pancho es que el candidato independiente a Gobernador de Tamaulipas convoque a hacer una alianza anti PRI a todos los demás candidatos para sumarse al que tenga más votos, cuando todos sabíamos que eso iba a hacer.
Lo más ridículo del asunto es que le apuestan a la mala memoria de los ciudadanos. Hace unas semanas su asesora anunció en los medios que dejaba la coordinación de campaña del candidato independiente porque estaba traicionando a los ciudadanos que lo ayudaron a conseguir su registro.
También circularon fotos de esos encuentros en lo oscurito. Dijo la asesora de nombre Thalía que se iba porque su candidato era un “agachón que estaba negociando declinar por dinero con el candidato del PAN”. Está publicado en los medios de Tamaulipas.
El pancho más grande está en que traten a toda costa de sacarle la vuelta al centro de la contienda electoral.
Para los ciudadanos la cosa es sencilla ¿quieres mi voto? Dime quién eres, qué me propones, contesta mis preguntas, no me mientas, no me engañes, háblame claro.
El 5 de junio la elección es mía.
Pero parece que el independiente y su socio prefieren mentir, engañar. Simulan ante los medios y ante los ciudadanos una alianza anti PRI que se pactó en las tinieblas hace meses.
¡Ah que… panchos estos!
