QUITO, Ecuador.- El epicentro del temblor estuvo en el noroeste del país, a 34 kilómetros (21 millas) de la localidad de Rosa Zárate, y a 156 kilómetros (96.9 millas) de la capital, Quito, explicó el centro.
“Pese a la alarma, pese al susto (este movimiento) es normal después del sismo que tuvimos el 16 de abril. Fuera de Manabí y Esmeraldas no existe ninguna novedad, en muchos sitios ni siquiera se
ha sentido”, dijo Correa en una conferencia de prensa. Manabí y Esmeraldas fueron las provincias más afectadas en abril.
En esas dos regiones “hay pequeñas novedades, lesiones menores, daños materiales en viviendas que estaban afectadas por el sismo de abril que han acabado de colapsar, pero estaban deshabitadas”, agregó el presidente.
Correa pidió calma y desactivó el Comité de Emergencia que se había establecido poco después del fuerte temblor que que despertó a parte del país en la madrugada.
“La gente ha salido a las calles, pero no tenemos mayores problemas por el momento. Fue un fuerte remezón y todos nos asustamos”, dijo Jorge Zambrano, alcalde de Manta, una de las ciudades donde más se sintió el temblor, en declaraciones a radio Pichincha.
En las zonas afectadas por el terremoto de abril, la ciudadanía salió a las calles con mochilas al hombro buscando sitios altos por temor a un tsunami. Inicialmente se cortó el servicio de energía eléctrica, que poco a poco se está restableciendo.
En el movimiento telúrico de abril, más potente con una magnitud de 7.8, murieron 661 personas y decenas de miles más quedaron sin hogar.
La economía ecuatoriana ya enfrentaba problemas antes de la tragedia del mes pasado. El presidente del país, Rafael Correa, subió los impuestos para financiar la reconstrucción, pero dijo que recuperar las localidades costeras y turísticas arrasadas por el sismo tomaría años.