CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La devaluación del peso frente al dólar está causando ya una pérdida de 1,387 millones de pesos pesos mensuales a las empresas manufactureras de Tamaulipas y un alza de precios que afecta a 700 mil familias en el estado.
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, (INEGI), las 605 compañías importadoras establecidas en la entidad enfrentaron un encarecimiento en sus insumos como resultado de una depreciación de más del 3.76 por ciento de la moneda mexicana.
En la zona fronteriza se encuentra el 80 por ciento de las 104 mil empresas que operan en Tamaulipas, las cuales importan en el 75 por ciento de sus insumos.
La volatilidad en el tipo de cambio provocó mayor presión en las finanzas de las empresas de manufactura que consumen insumos del exterior, y afecta a las expectativas de inversión, consumo y producción de la estructura productiva estatal por el vínculo que existe de la economía de Tamaulipas con la economía norteamericana.
Para las autoridades hacendarías, la depreciación del peso es el riesgo principal para la inflación en 2016, lo que se conjugará con una de las mayores tasas de endeudamiento de los últimos años en las familias de Tamaulipas que han visto incrementar sus pasivos hasta en un 30 por ciento.
En su reporte mensual, el INEGI ubicó a las ciudades fronterizas de Tamaulipas entre las más caras del país. De acuerdo con especialistas, estas ciudades, que concentran al 80 por ciento de los habitantes del estado, enfrentan las consecuencias de competir con las ciudades de Estados Unidos, lo que ocasiona que el nivel de precios sea mayor ante la depreciación del tipo de cambio.
Según la información, alrededor de 700 mil hogares en el estado enfrentan una difícil situación financiera debido a la ola de encarecimiento en los precios de los productos de la canasta básica cuando al mismo tiempo sus niveles de endeudamiento crecen sin parar.
El aumento en los precios de la vivienda propia y en servicios, lo mismo que en loncherías, fondas, torterías y taquerías, restaurantes y similares, está afectando la economía de las familias, según el INEGI.
Por el contrario, la capacidad de compra se ve reducida además del alza de precios por un menor ingreso disponible y por la falta de empleos mejor remunerados.
Desde noviembre del año pasado, el espiral inflacionario no se ha detenido; empezó en 0.71 por ciento y en este año superó el 1.3 por ciento. Para el mes pasado, el aumento en el precio de los productos de la canasta básica alcanzó el 1.89 por ciento, mientras en el resto de las regiones apenas superó el 0.65 por ciento. Los precios están aumentando a más del doble en la mayor parte del territorio tamaulipeco.
La inflación es uno de los indicadores más relevantes en la economía de las regiones porque tiene un impacto directo en la capacidad de compra de personas, familias, gobiernos y a la totalidad de las unidades económicas. Se trata de un aumento generalizado en los niveles generales de precios en un tiempo determinado.
Un negro panorama
La situación para miles de personas sería aún más difícil en los próximos meses pues el Gobierno de México recortó su pronóstico para el crecimiento económico de este año debido a un panorama negativo para la actividad industrial en Estados Unidos, su principal socio comercial.
Este escenario es el peor para una economía como la de Tamaulipas que tiene en la actividad industrial de Estados Unidos uno de sus motores por la integración que existe de a industria de manufacturas.




