Nos cayó el aguacero después de intensas horas de calor que punzaban la piel y los ojos torteaban hasta el filo de la tarde.
Ni modo de echarle la culpa a Trump ni tampoco porque se avecina las elecciones y la cosa está de la trompada.
El aguacero está para repetirse y hay que ponernos truchas para remar a favor y a contracorriente.
Los malos augurios nos dicen que se viene una granizada, de esas que dejan la choya de moretones.
Históricamente es el aguacero más grande la vida política de Tamaulipas. No tenemos referencia próxima de este tipo de aguaceros que se viene con hielo, y que nos dejan la piel quemada por el frío.
Es el calor a mil grados y el frío a 5 grados, donde provocará un granizo de la chingada.
La hora de votar nos pueden caer las botas y los votos de castidad pueden ser irreverentes. Pero votos y votos, cada quien con su santo y seña.
Se augura una gran granizada, aunque parece esto una gran cacofonía de granizo. Lo cierto es que parece que va llover y el cielo se está nublando.
El hato de borregos, vacas, caballar y rusias está listo para correr a sus respectivos establos.
Solo que la esperanza es que el granizo no pegue fuerte y todos, pero todos los votos pasen al mejor corral de Tamaulipas.
Y usted, ¿por quién votará en este granizo que se avecina?




