16 diciembre, 2025

16 diciembre, 2025

Del nueve, al corazón apagado del Argüelles

Calles que convergen al olvido, sazonadas con el olor a smog y a falta de cultura de quienes usan la acera de mingitorio, una ruta conocida por la idiosincracia capitalina, la indiferencia y el ruidoso tren del diario vivir

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Caminar hacia el centro de Victoria, avanzando por la calle 9 a un costado de Rectoría y el Teatro Juárez, es cerrar los ojos, pasar de prisa para evitar que el olfato se traiga los malos recuerdos del sitio, que se ha convertido en un sanitario en plena vía pública y su aroma desvía la vista impidiendo destacar a la memoria que ésta construcción significa una deuda cultural que se atrevió a recompensar el gobernador Horacio Terán Zozaya, luego que el General Raúl Gárate decidiera demoler el viejo teatro Juárez ubicado en la Plaza Libertad.

La construcción del Teatro Juárez actual, comenzó en la década de los cincuenta en el espacio que ocupaban las instalaciones del entonces Gobierno del Estado y la Penitenciaría, fue inaugurado en el año 1956 y ahora alberga en la planta baja las oficinas de Rectoría y hasta el año 2013 la Biblioteca de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

Con tristeza todo el entorno opaca a la joya arquitectónica de Victoria y México, pues es el edificio donde se usaron por primera vez vigas de concreto y acero para otorgar un verdadero soporte a la estructura. Al interior se podrían observar murales de Xavier Peña.

Al seguir avanzando está el mercado y su llanto ahogado…

Con los últimas temperaturas registradas en Victoria y aunado a la eterna falla del sistema eléctrico de este inmueble, la segunda planta se convierte en automático en un baño sauna.

Existen unos extractores de aire, pero debido las fallas eléctricas desde su reconstrucción estos no se encienden.

Desde la segunda planta se puede apreciar, además, el riesgo de zoonosis, es decir, las enfermedades trasmitidas por animales.

Su riesgo aumenta cuando estos se encuentran en la calle y sus heces fecales arriba de un techo de los locales al interior del mercado y cuando los mismos locatarios admiten que tienen conflictos con las ratas, y recientemente con las afectaciones por la lluvia que arrastró también la economía de los comerciantes en todo el segundo piso.

Los comerciantes al interior del mercado se quejan de las ventas que generan los locatarios de la orilla, sin embargo estos no esperan a sus clientes en una cama de rosas.

Al contrario ya se van…
María de Jesús, la hija menor de la familia Briones, de la antes Bonetería Briones, dice que aún no sabe que rumbo tomará el negocio.

Sus padres eran Francisco y Apolonia Briones.

De la familia quedan tres miembros dedicados al comercio en el Mercado Argüelles, su esposo ha fallecido y ella misma dice: «Pues antes teníamos ropa ahora tenemos madera, porque no tenemos lo principal».

Y se refiere al dinero, pero desea ser discreta porque a los costados sólo quedan algunas diademas tejidas con estambre, algunas blusas, mascadas casi artesanales en textiles sintéticos.

Al local le inunda la perseverancia y atestigua el esfuerzo una imagen de la Virgen de Guadalupe, adornada con un par de focos eléctricos que hacen el gasto en el local.

En la parte superior del 7 Hidalgo y Morelos sobrevive el tradicional restaurante de doña Mary, hace dos meses que ella partió, pero las condolencias aún llegan a la familia que sigue firme en la venta de los verdaderos antojitos mexicanos de un mercado.

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