16 diciembre, 2025

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Confesionario

El quinto…

Confesionario

Baltazar Hinojosa Ochoa, el candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas presentó ayer más que un decálogo de sus compromisos con quienes, de ganar, serían sus gobernados, hizo de hecho un deslinde, una toma de distancia, un ‘no somos iguales’ entre él y los ex gobernadores que le precedieron.

Así es mis queridos boes, si aplicamos la máxima en la materia que dice que en política la forma es fondo, entonces lo de ayer fue además un ‘reniego’ de los ex gobernadores al
menos de palabra, en el discurso.

El escenario era como ‘íntimo’, el Teatro Metropolitano hasta donde fueron convocados los capitanes de empresa, los líderes de opinión, los representantes de las cámaras y ese selecto grupo que en el PRI se nombra la cúpula de clase política.

Ya se esperaba el quiebre, el no me estorbes, porque había filtraciones de qué ocurriría, el evento se había anunciado como un parteaguas de la campaña tricolor y hasta se había adelantado el deslinde que llegó en el quinto punto del decálogo de compromisos.

«En Tamaulipas no hay nada que ocultar, somos gente de bien, no seremos un gobierno encubridor, nada más alejado de la verdad, si hay investigaciones abiertas contra personas que han tenido cargos o tareas políticas, vamos a colaborar plenamente con todas las instancias de impartición de justicia que así lo pidan, en todos los procesos que estén llevando a cabo si los hay, trátese de quien se trate, que cada quien se haga responsable de sus actos como lo mandata la ley», decía el candidato y los aplausos en el Metro comenzaban a elevar los decibeles, porque hasta el más inocente sabía hacia dónde iba el mensaje.

El éxtasis de los priistas explotó cuando llamó a los aludidos por su nombre, todos aplaudían, unos suspiraban y otros echaban fuera ese grito de euforia que parecía contenido desde el arranque de la campaña y que por 53 días habían aguantado.

«Que quede claro, lo digo con sus letras, que no se equivoquen, el candidato de esta contienda soy yo, yo mero, no soy Tomás, no soy Eugenio, no soy Egidio, escúchenme bien, ni mucho menos, no soy ni jamás seré Francisco García Cabeza de Vaca, yo soy el candidato, lo digo con la frente en alto, soy Baltazar, he sido siempre una gente de bien, yo no tengo nada que ocultar ni tampoco cola que me pisen».

El priista recibió la ovación más grande de toda su campaña, parecía que había revivido a los muertos, pero a la vez parecía que con sus palabras entregaba carne fresca a los
leones hambrientos de eso que en el Metro parecía un coliseo romano.

A partir de ese momento y aún cuando faltaba la mitad del decálogo se desató el cuchicheo por el deslinde y comenzó el debate sobre si fue a tiempo, sobre si fue tal como se lee, si servirá para despuntar en la apretada carrera por la sucesión de Egidio.

Antes y después en el recuento de compromisos aseguró que se acaba el Tamaulipas de las simulaciones, del no pasa nada, de los compadrazgos, de los proveedores favoritos.

A su lectura había caras de todas las expresiones, desde las que mostraban a los personajes que les quedaba a la perfección el chaleco, las de quienes repasaban en la mente a esos personajes aludidos y la mayoría de los que escuchaban el discurso que estuvieron esperando siete semanas.

Habrá por supuesto sensaciones agridulces en algunos priistas, tal vez por eso gente como Javier Gil, el primo de Eugenio Hernández y ex alcalde de Altamira, fue de los primeros en abandonar el Metro.

Tal vez no le habrá dejado buen sabor de boca a Susana Hernández Flores, pero una diputación plurinominal bien vale pasar el trago amargo y como ella, otros tantos.

¿Qué sigue?, casi nada, la campaña está muriendo, el tema del deslinde dará para masticar en los cafés durante los próximos siete días mientras los candidatos cierran el proselitismo y los ciudadanos entramos a los tres días previos de reflexión.

Será al día siguiente, el 5 de junio cuando Baltazar Hinojosa y los suyos tengan elementos suficientes para evaluar si el anuncio de ayer sirvió y qué tanto, por lo pronto el saldo anímico de la campaña de los priistas es positivo, veremos si logran contagiarlo hacia los sin partido, los indecisos, los que apuntan a decantarse hacia la parcela azul.

Cabeza, la UAT y Migliolo…
El lunes la campaña panista de Cabeza de Vaca tuvo dos buenas noticias: un evento masivo con estudiantes de la UAT, atribuido a Gonzalo Hernández, quien mostró que no era tan ‘perra flaca’ como lo calificaron cuando se unió al panista, ahí el abanderado azul prometió mayor autonomía para la universidad.

Pero además su equipo de prensa hizo pública la adhesión a la campaña de uno de los más recalcitrantes priistas, ahora ex, el también Gonzalo pero este Alemán Migliolo, más de una ocasión diputado federal tricolor.

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