En la danza de los números de cara a la ya en puerta elección del 5 de junio en que los tamaulipecos votaremos por un gobernador, alcaldes y diputados locales hay más mentiras que verdades y no me refiero a las encuestas que muestran lo que el candidato (del color que sea) que las pagó quiere vendernos a los ciudadanos, en esta ocasión me refiero al más famoso que real voto duro de los partidos.
Así es mis queridos boes, antes hay que repetir lo ya harto repetido, que la elección esta competida, que sería la más reñida de la historia estatal porque las encuestas serias y hasta las inventadas lo dicen, pero ¿qué hay del voto duro de los partidos?, porque cuando uno se sienta a la mesa en los cafés siempre sale a relucir la maquinaria de los institutos, el ‘aceite’ de los operadores, lideresas y demás mapaches.
Algunos se mienten solos (el término correcto es políticamente incorrecto), porque con la migración de sindicatos, organizaciones, liderazgos y demás entre los partidos ¿quién puede asegurar que existen cifras correctas del llamado voto duro?
Quien lo haga miente, quien lo haga se miente, quien lo haga podría llevarse una no grata sorpresa el día de la elección.
Hablamos del voto duro, ese que los partidos dan pos asegurado, porque históricamente lo han tenido, porque es el que les llenan los eventos, porque es con esa estructura con la que arman a sus representantes de casilla, porque de ahí se organizan las casas amigas, los operativos carrusel, la entrega del billetillo el día D y demás actividades legales e ilegales que hay queramos o no en una elección.
En el PAN los que dicen que saben y los que presumen también, habría unos 250 mil o 300 mil ciudadanos en ese voto duro, aunque en las dos elecciones para gobernador anteriores sacaron poco más de 330 mil sufragios. El término de hecho es más o menos nuevo en el blanquiazul.
Donde sí es muy recurrente el manejo de cifras de voto duro es en el PRI, donde los más optimistas hablan de entre 400 y 500 mil votos asegurados a nivel estatal.
Y es ahí donde el equipo de campaña de Baltazar Hinojosa debe parar las antenas, porque confiarse en que sólo harían falta otros 200 mil ciudadanos para ganar la elección que se
obtendría con 600 mil y tanto de votos es menos fácil de lo que se dice.
Me explico: en los números de Rafael González Benavides tendría que estar bien aclarado el saldo final del voto corporativo, toda vez que hay sindicatos que abiertamente se han pronunciado a favor del PAN y su candidato Cabeza de Vaca.
El de Salud en buena parte, el del IMSS y otros adheridos a la CTM, cómo sea, por presiones, por hartazgo, por voluntad colectiva, el chiste es que contarlos como asegurados como antes sería una inocentada.
Creo que a estas alturas del partido hablar que los mismos tienen bien contadito eso del voto duro es imposible. Recordemos que en Tampico por ejemplo los panistas habían presumido siempre de 40 mil votos duros y en la contienda pasada Paloma Guillén del PRI les ganó con apenas poquito más de 30 mil sufragios.
Desde mi opinión el voto corporativo es cosa del siglo pasado, los líderes charros han quedado rebasados y salvo por los membretes que sus institutos políticos les mantienen, algunos no garantizan ni los votos de su familia.
Créanme, si el voto duro existiera como antes, hoy la elección tamaulipeca no estaría bajo la lupa de la opinión pública nacional, la batalla en las calles y las pantallas de las teles y los celulares tampoco fuera encarnizada y a muerte, no hubiera tantas denuncias de lado y lado y tal vez ahora sólo hablaríamos de los que formarían parte del gabinete que
sigue, porque se daba por descartado quién sería el ganador.
Por eso en la recta final de la campaña, PRI y PAN seguro van a enfilar sus baterías al llamado ‘voto swich’ a ese que está en la indecisión de acuerdo a las encuestas.
Habrá que ver qué efecto tendrá en los electores la guerra sucia, porque por un lado hay quienes piensan que eso alejará a la gente de las urnas, pero por el otro lado hay quienes opinan que calienta el ambiente y eso motivará a los que pensaban no salir el 5 de junio a ir a las urnas.
Por lo pronto Baltazar Hinojosa y Cabeza de Vaca ya preparan los cierres de campaña, mismos que comenzarán este fin de semana.
Los baileros ya se frotan las manos para ver gratis a las bandas y grupos norteños que cada uno va a traer para los cierres. Obvio los boletines relatarán concentraciones apoteósicas, como si estos fueran el adelanto de lo que ocurriría en las urnas, la verdad es que la raza irá a ver a sus ídolos, ídolos que por supuesto no serán los candidatos.
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