Ayer, la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales, conocida por sus siglas como FEPADE, dio a conocer un dictamen parcial sobre el seguimiento aplicado por la misma a los casos de los ex candidatos del PRI a las alcaldías de Hidalgo, Mainero y Villagrán, denunciados por la dirigencia del tricolor por supuestos nexos con la delincuencia.
La respuesta de esa dependencia podría resumirse en una lacónica frase: No hay nada contra ellos. Hasta ahora por lo menos.
Este saldo, aún extraoficial porque la Fiscalía admite que siguen a revisión los casos mencionados, anticipa lo que casi con seguridad será el perfil jurídico de este proceso electoral en lo que a señalamientos de ese tipo se refiere, enmarcado en una frase popular: Hay chipotes, pero sin sangre.
¿Qué significan esas palabras?
Que las acusaciones sobre ilícitos presuntamente cometidos por algunos aspirantes, cualesquiera que sean sus nombres o partidos, serán la sal y pimienta que condimenten este escenario, pero no determinarán la suerte de alguno de los candidatos, sea cual sea el puesto que éstos buscan, por lo expuesto en la propia FEPADE: no se han presentado pruebas contra los acusados y es fácil pronosticar que tampoco se presentarán.
Así que si usted continúa viendo, escuchando o leyendo más intercambio de vitriólicas denuncias en estas elecciones tamaulipecas, tómelo como lo que todo indica que es y será:
Mucho ruido y pocas nueces…
“TRACKINGS”
Me parece un dato interesante.
Quienes se dicen expertos o por lo menos conocedores de los entuertos políticos, pusieron sobre la mesa de su servidor lo que ellos definen como verdad histórica en materia electoral: En estos procesos también rige una especie de Principio de Peter, dicen, no por limitaciones en las capacidades de los candidatos, sino por los techos máximos de simpatía que pueden alcanzar.
Conforme a los “trackings” diarios que practican sobre el nivel de apoyo popular entre los aspirantes a la gubernatura, desde una semana atrás el panista Francisco García alcanzó su tope y no ha logrado subir ni una décima de punto, lo cual contrasta con una sostenida tendencia alcista, leve pero al fin tendencia, del priísta Baltazar Hinojosa, lo que lleva a una pregunta:
¿Han calado más en los días cercanos los mensajes de Baltazar que los del panista?
Si es así, prepárese para atestiguar una nueva andanada tricolor…
RECETA RENDIDORA
Dos semanas atrás, la contienda por la presidencia municipal de Victoria parecía una lucha cerrada.
Hoy, a unos cuantos días de que los capitalinos decidan quién será su siguiente autoridad municipal, empieza a hacerse evidente el despegue del priísta Oscar Almaraz, sobre sus más cercanos competidores.
En la opinión de su servidor no es lo anterior el resultado de la costosa campaña publicitaria que protagoniza Almaraz, sino el balance de una tónica proselitista que debieron haber seguido otros candidatos –inclusive a puestos de mayor rango– como es la confianza que se desprende del trato personalizado y la atención prestada, aunque sea para conseguir el apoyo ocasional, a los problemas cotidianos que sufren los ciudadanos y sus familias.
Son muy desgastantes las caminatas y las visitas casa por casa, pero queda claro: ¡Cómo rinden en votos!…
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