* El autor se Premio Nacional
de Periodismo 2016.
En estas últimas horas de campaña es cuando las palabras pesan. No sólo por su contenido sino por su intención. Es el tiempo en que la reflexión tome el lugar que le corresponde y actúe en consecuencia para bien de Tamaulipas. Hablamos de la conciencia ciudadana que ahora más que nunca ha de decidir sobre el estado que realmente queremos. Aquel heredado por quienes pasaron por esta tierra dejando valores y principios que por razones hasta ahora incomprensibles se fueron diluyendo hasta llegar a lo que ahora somos. Una sociedad confundida, dispersa, atemorizada y carente de solidaridad.
Lo que se escribirá a partir del domingo próximo será la nueva historia en la que cabremos todos por decisión mayoritaria. Por supuesto apostamos por la paz y por la
confianza de que las circunstancias que han afectado a la entidad pasarán como pasa todo lo que el tiempo apremia.
El escribidor ha transcurrido por infinidad de procesos, como ciudadano y periodista y es ahora cuando Tamaulipas requiere de voluntad y unidad para alcanzar los objetivos históricos que le aguardan al final del túnel.
¿Qué nos dejan las campañas políticas, sobre todo la relacionada con la gubernatura?. Desde luego la ratificación de que la lucha por el poder contiene diversas aristas y está pintada de colores varios y es en esta experiencia donde nos toca diferenciar.
Dícese que en el amor y la guerra todo está permitido; sin embargo, lo primero sólo es asunto de dos (quizá de tres), mientras lo segundo podría definir-, de hecho lo define-, la existencia presente y futura de una sociedad.
Es el caso de Tamaulipas que ahora va en busca de su destino que debemos aceptar, está en el interés de la república porque significa la modificación del concepto que ahora nos señala como uno de los estados donde la problemática social alcanza proporciones inéditas.
Nadie es culpable, tal vez seamos sólo víctimas del optimismo exagerado hacia las instituciones que ahora son azotadas por la tormenta que de simple llovizna se convirtió en peligroso huracán.
Tamaulipas tiene la obligación de rescatar la confianza y después de ello la solidaridad que hace falta para hacer honor a la memoria de los ancestros.
No más provocación, no más incitación al uso de la fuerza, no más división.
Por el contrario, sólo el rescate de los valores conducirá a la sociedad por una ancha alameda donde se pueda transitar sin temor y con la seguridad de que el recuento final arrojará excelentes dividendos de orden moral. Es el primer paso, el más difícil y comprometido.
El columnista insiste en que el próximo domingo hay que apostar por la paz…porque el mes de abril vuelva a brillar sobre una sociedad sedienta de disfrutar de nuevo los hermosos días que alguien escondió y que urge encontrar para entregarlos a hijos y nietos, así como los recibimos en nuestro tiempo.
Esto que pareciera muy romántico podría ser tan real como los tristes episodios que nos ha tocado vivir.
De manera que vamos sobre un sueño. Y este no puede ser otro que otorgar la confianza a un proyecto serio de gobierno.
Es decir, al que corresponde a un candidato a gobernador que durante su campaña en diversos foros y con toda responsabilidad encabezó el análisis y probable solución a la problemática que en las historias familiares se convirtió en pesadilla. Y ni modo que sea invento.
ALICIA CABALLERO, PASIÓN POR LA LITERATURA
Alicia Caballero Galindo es una mujer de su tiempo. Por vocación y convicción ha entregado su vida a la docencia y la cultura. Licha, amiga de siempre, decidió que su tarea en la vida no podía ser otra que hacer literatura. Sus cuentos, poemas, obras teatrales, editoriales, etc, han trascendido las fronteras para orgullo de Tamaulipas.
Por ello su incansable creatividad siempre es un agasajo para quienes la hemos seguido a través de sus letras y su inquietud que jamás termina. Ahora nos habla de su último libro de poemas que lleva el subyugante título SORTILEGIO, que ya circula, que ya está aquí requerido por los espíritus que por medio de las buenas letras alargan el placer de vivir.
Licha es fuerte, de espíritu indomable. Desciende de doña Amalia González Caballero de Castillo Ledón y por ende es heredera de una tradición cultural que ya es patrimonio nacional.
Patrimonio que con su enorme creatividad Licha enriquece sin descanso. Yo la estimo y respeto su trabajo, es lo menos que puedo hacer frente a tan admirable mujer que para fortuna es amiga y compañera de generación normalista.
SUCEDE QUE
La capital del estado está en la oportunidad de sacudir su marasmo toda vez que el candidato a alcalde Óscar Almaraz Smer se ha unido sin reservas al proyecto de Baltazar Hinojosa Ochoa. Victoria podría también rescatar su antiguo brillo y tradición cultural. Óscar tiene la fórmula y disposición para lograrlo. Lo ha dicho durante su campaña y la gente lo entiende y le cree. Que así sea para bien de Victoria…Mientras tanto las autoridades celebran el incremento crediticio otorgado por el Fondo Monetario Internacional a México, organismo que aquí entre nos, es causante de gran parte de nuestras desgracias económicas en combinación por supuesto de políticos y funcionarios irresponsables (por no llamarlos inmorales).
El asunto es que el FMI prestará más a México lo cual significa mayor endeudamiento. Pero “lo más pior” es que el FMI sólo presta a países que caminan al filo de la navaja es decir, que son candidatos irreversibles a la “quiebra” lo cual no conviene al gran capital internacional.
Entonces, ¿de qué se ríe el supremo gobierno?.
Y hasta la próxima.
