Los priistas andan descobijados y es natural, de pronto les quitaron el soporte que los hizo y mantuvo durante toda la vida, el cambio es drástico y doloroso, recordemos, en el 2000, cuando ganó el panista Vicente Fox la presidencia, el golpe no fue tan demoledor porque a nivel estatal y local mantuvieron el control de los dineros, tanto de la gubernatura como de las alcaldías, Comapas y todo lo que se sume.
Hoy como dice el diputado federal, coordinador de los tricolores tamaulipecos en San Lázaro, Édgar Melhem, el barco en el que navegaban y zozobró tiene que ser reconstruido, pero
¿quién será la o el valiente que se atreva a desafiar las aguas turbulentas blanquiazules para comenzar esa tarea?
Por lo pronto, Rafael González Benavides, que personalmente me cae muy bien, se me hace un hombre tratable, no pudo con el paquete y contribuyó desde la dirigencia priista a que
las cosas salieran tan mal.
Empezando porque se repartieron las diputaciones plurinominales para la próxima legislatura local, las tres primeras para el alcalde con licencia Alejandro Etienne, para el propio Rafa, que reitero, me cae muy bien, y para la hermana de Eugenio Hernández, Susana.
Ese tipo de acciones desanima a cualquiera, dado que se sirven con la cuchara grande, se hacen de las candidaturas mejores y luego no dan el resultado esperado en la pelea por los votos.
Los priistas de toda la vida que han batallado para mantener vigente a este partido esperando que les recompensaran se quedaron con un palmo de narices, por eso se fueron a apoyar otras propuestas políticas, aunque ello signifique enterrar al PRI en el estado.
Melhem hace una autocrítica al resultado adverso en los comicios durante una entrevista al periódico Expreso: “yo creo que la oferta que se tuvo ya no fue atractiva y creo que tenemos que entender este mensaje y refundarnos desde las raíces, entender que los esquemas tradicionales que teníamos como partido y como gobierno han sido rebasados por la gente, y que ya no logramos atraer ese voto de confianza”.
El legislador riobravense por lo pronto levanta la mano para dirigir al PRI estatal.
Dicen que el carácter se templa en las adversidades, a ver si los priistas del estado hacen honor a eso.
Pero no estaría mal que fuera Baltazar Hinojosa Ochoa, el candidato derrotado en las urnas, quien encabezara la gran tarea de la recomposición de su partido, constituiría una gran oportunidad de sacudirse el polvo y levantarse con miras al 2018 y de ahí a la siguiente, otra vez por la gubernatura.
LAS CUENTAS PÚBLICAS
Ramiro Ramos, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, anuncia que habrá periodo extraordinario de sesiones, donde dictaminarán las cuentas públicas de los ayuntamientos, además que tienen alrededor de cien iniciativas pendientes de aprobar o rechazar.
Así que a las y los legisladores locales, con aún mayoría priista, tres meses muy largos antes de que dejen sus curules para darle paso a los diputados blanquiazules que mandarán galleta a partir de octubre.
¿Qué se sentirá ser minoría para los priistas tamaulipecos? Seguro será una gran experiencia, y no precisamente religiosa.
LA FRASE:
“Yo no sé, hay tantos problemas. A lo mejor este país logra salvarse, aunque yo no veo cómo. La situación es mala, y no solo aquí sino en el mundo entero. Tal vez todos los momentos sean terribles y sintamos más este porque está más cerca. Yo no veo salvación posible, y tal vez vayamos hacia la tercera guerra que puede ser la última. Lo que está sucediendo, en el Líbano, lo que sucedió aquí, lo que está sucediendo en Irak o en Irán. Esperemos que no, porque sería un suicidio de la humanidad”, palabras del escritor argentino Jorge Luis Borges en una entrevista a un chico de 15 años dada en su casa en 1982.
Su reflexión sigue tan vigente 34 años después y es aplicable no sólo a su país, sino también al nuestro.
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