1.- Una porción de la desconfianza que rige nuestra vida política, proviene precisamente de la repetición de las crisis, y sus duras lecciones que afectan sobre todo a los más pobres. La crisis económica y el derrotismo, provocan la desconfianza en las relaciones personales y con el poder público, y hacen dudar del propio rumbo del país.
2.- A la crisis económica se suma la crisis de seguridad que llena de muertos algunas ciudades, y la sombra de ambas crisis proyecta en el horizonte la imagen de un estado fallido, un gobierno que se desmorona, una democracia que produce debilidad y discordia, más que certidumbre y futuro.
3.- Antes las crisis mexicanas tenían responsables claros y directos. La ira se desahogaba contra los Presidentes de la República, fueran o no culpables de dispendios, abusos, delitos o errores catastróficos, y por eso se extraña a los presidentes Adolfo Ruiz Cortinez y Adolfo López Mateos, quienes sabían encontrar solución a los problemas más graves y urgentes.
4.- ¿México es acaso un país con “Estado Fallido”?, ¿un estado que ha perdido el control de su territorio, donde crece sin freno la inseguridad y la violencia?, ¿las falles de seguridad, las ineptitudes de la democracia, y la violencia cotidiana, hablan de un país en involución política, camino hacia el colapso?.
5.- Noam Chomsky definió a los estados fallidos como aquellos que carecen de capacidad “para proteger a sus ciudadanos, de la violencia, y quizá, incluso, de la destrucción, y que padecen un grave “déficit democrático”, que priva a sus instituciones de la auténtica sustancia de la vida moderna.
6.- La idea de un “Estado Fallido” se comenzó a difundir a raíz de un proyecto del Fun For Peace, organización independiente dedicada a la investigación y a la prevención de las causas de la guerra, y que desarrolló un índice para evaluar la situación económica, política y social de las diferentes naciones, y las capacidades de los Estados para enfrentarlas.
7.- Las marchas que han cimbrado a México particularmente las masivas ocurridas en la capital de la nación, llaman la atención por su ejemplaridad y espíritu. Los contingentes de universitarios, trabajadores, intelectuales, integrantes de diversos movimientos religiosos y ciudadanía sin vínculos partidistas, han elegido principalmente la vía pacífica.
8.- En contradicción, opera un puñado de quienes atacan al patrimonio privado y público, y al hacerlo no solamente afectan o destruyen bienes, algunos de ellos de gran valor simbólico e histórico, sino también perjudican la lucha de la inmensa mayoría que da la cara y muestra su profunda y dolida indignación, por lastimar los derechos de otros ciudadanos.
9.- La lógica incendiaria, sea ésta producto de infiltrados al servicio del interés de delincuentes, que llamándose anarquistas en realidad deforman los postulados del anarquismo, es peligrosa para el interés de sanear radicalmente a México, mostrado por los ríos de gente que una y otra vez han colmado el Zócalo y otras plazas del país. Con sus acciones unos cuantos enmascarados están saboteando a millones que civilmente dan la cara, y públicamente asumen la responsabilidad de sus actos.
10.- Por el momento, el régimen a fracasado en sus planes y programas para superar los efectos de la crisis, la corrupción abunda en el gobierno, la política ha dividido a todos los partidos y grupos políticos, y la violencia prolifera por todas las ciudades provocando crímenes todos los días. El pueblo pacífico sigue esperando con indignación, que Enrique Peña Nieto asuma sus funciones con valor y pacifique al país.




