Y los empresarios “tomaron” el Ángel de la Independencia.
Ayer, integrantes destacados y líderes de la Confederación Patronal de la República Mexicana, conocida por sus siglas como Coparmex, protagonizaron en la ciudad de México un evento más para el anecdotario que para una acción con objetivos justificados.
La protesta –porque eso fue– se derivó del rechazo de esa agrupación a los términos con los cuales se diseñó la Ley de Responsabilidades para Servidores Públicos, mejor conocida como la “Ley 3d3”.
El argumento formal, dado a conocer por el dirigente nacional de esa élite empresarial, Gustavo de Hoyos Walther, es que los lineamientos legales aprobados conforman un paquete “light” de obligaciones y sanciones, pero en realidad la principal inquietud de los dueños de gran parte del dinero privado, es la obligación que para ese sector se incluyó en ese ordenamiento, de presentar también esas declaraciones, si tienen relaciones económicas con algún orden de gobierno.
“Uy, el coco”, podría ser una frase que sintetice la preocupación de este sector de la iniciativa privada.
¿Tienen razón en su protesta los señores de la Coparmex?
En la opinión de su servidor, la respuesta es un sí. Y también un no. Aunque suene paradójico.
En el caso del “sí”, es evidente que esa Ley de Responsabilidades aún deja vacíos que pueden ser aprovechados por los funcionarios para eludir en mayor o menor medida su cumplimiento, lo que confirma su definición de “light”.
¿Y por qué el “no”?
Siempre en la opinión personal de quien esto escribe, no puede admitirse para evitar ser integrados en esa ley, el hecho de que ellos no sean servidores públicos, porque el recibir dinero de una instancia gubernamental por un servicio o alguna obra, implica un involucramiento directo con el buen o mal uso de esos recursos. Ni vuelta de hoja.
Y hay que decirlo en forma clara: Sin ánimo de etiquetar al sector privado, en donde como en todas partes hay buenos y malos empresarios, se han hecho públicos en México
demasiados casos de consorcios y compañías –en especial las de gran tamaño y gran capital– sobre colusión con diversas dependencias para obtener beneficios ilegales, como para pensar que la totalidad de los negocios entre esas partes son limpios como un cristal.
Eso y creer que la luna es de queso, es prácticamente lo mismo: Una tontería…
LA DUDA
Días atrás, reapareció en el escenario político Manuel Muñoz Cano, a través de un mensaje repleto de clichés en las redes sociales.
Usted lo debe recordar: Formó parte del equipo del ex gobernador Eugenio Hernández Flores y se enquistó como baltazarista a petición del mismo Geño, en la malograda pasada campaña priísta por la gubernatura.
La primera percepción es que quiere formar parte del proyecto de reestructuración del Revolucionario en el Estado, pero la duda es sobre sus verdaderos motivos, dado que ahora en ese organismo no parece haber dinero. La segunda versión es que es un ¡presente! virtual para acomodarse en el carro sexenal cabecista….
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