El pasado 5 de junio, la ciudadanía envió un mensaje muy claro a los partidos políticos y a los actores que participan en el sistema de partidos mexicano, por una parte, la gente no considera que su vida ha mejorado o no se ha sentido beneficiada con las políticas emprendidas y segundo, hay gobiernos que no han hecho el trabajo como corresponde, además de permitir la corrupción y la impunidad que tanto ofenden.
En el partido, entendemos que nuestra responsabilidad es trazar acciones que vayan de acuerdo a lo que la gente necesita, a lo que merece y a lo que es justo que tenga. Nuestra responsabilidad es escuchar a la ciudadanía y darle valor a todas las voces. Para nosotros el escenario fue una derrota electoral, pero no fue una derrota política. Así es como lo planteó claramente el Lic. Manlio Fabio Beltrones al mencionar que lo que está en juego es el proyecto de país que se ha venido construyendo.
En las pasadas elecciones, la derecha, que quiere regresarle privilegios a los monopolios, capitalizó el descontento social, lo que afecta el proyecto de desarrollo que hemos apoyado desde el PRI. Por otro lado, está la izquierda mexicana que se ha dedicado a empoderar a la derecha o que se radicaliza, violenta y populiza nuestra democracia. Frente a este dilema el PRI tiene que cambiar, el PRI tiene que escuchar a los ciudadanos.
El partido debe redefinir su relación con el gobierno, pues somos el partido en el gobierno y nosotros atendemos la relación con el señor presidente y también requerimos que el gobierno esté más atento a los asuntos del partido. Pero igual de importante es redefinir nuestra relación con la ciudadanía, estar más atentos a lo que está pasando en nuestra sociedad.
Sin embargo, los esfuerzos del partido también se deben dirigir al interior, con los diversos sectores de nuestro partido. Tenemos que fomentar una mayor educación política en nuestros cuadros y dejarles claro que lo que está en juego no es ganar o perder una elección, es gobernar bien. Necesitamos cuadros educados políticamente, en ese sentido.
Manlio Fabio Beltrones, hombre de Estado, lo expresó con toda claridad, es obligado escuchar a los ciudadanos en sus justificados reclamos por tener gobiernos que den mejores resultados y combatan la impunidad y la corrupción. El proyecto de modernización que nos propusimos requiere repensar qué haremos para su continuidad.
Su renuncia es sinónimo de congruencia con los valores que lo han forjado en la política y de la responsabilidad que tiene con el partido y sobre todo con la ciudadanía. Es motivo de orgullo la actitud que ha tenido y la forma tan profesional con la que hace política, por tanto, es preciso atender su mensaje y lograr una reflexión que permita al PRI repensar su papel en la vida democrática nacional.