ALTAMIRA, Tamaulipas.- La religión católica debe renovarse en México, al calcularse que por lo menos 17 millones de creyentes han dejado de asistir a la iglesia.
Durante el evento masivo desarrollado en el estadio de fútbol de Altamira, con motivo de la Ultreya Nacional al que asistieron más de 12 mil personas, se hizo un llamado a la comunidad para que ayude a evangelizar.
El obispo de la Diócesis de Querétaro, Faustino Armendáriz mencionó que se debe estar consciente de la realidad “en que vivimos que es desafiante y lacerante, no hay peor ciego que aquel que no quiere ver”.
A pesar de que México se considera un país guadalupano, según la última encuesta del Inegi, muestra que solo el 67% de la población señaló que es importante participar en las fiestas de la Virgen de Guadalupe.
“Hay que tener una vida más cristiana comprometida con cristo, la sensibilidad espiritual proclamando una mirada sobre la realidad nacional, especialmente sobre la indiferencia religiosa y superstición”, mencionó en su intervención.
Puntualizó que debe verse la realidad con los ojos de Dios , “aunque a veces nos cueste, aunque a veces nos lastime, es importante que en nuestra iglesia no seamos autocomplacientes para afrontar los retos como deben de ser”.
“Cada uno de nosotros tenemos un compromiso con su comunidad que es evangelizar, ese fue el único mandato de Jesús antes de ascender, vayan por todo el mundo y hagan discípulos”.
El Obispo detalló que con base a las estadísticas del Inegi el 82.72% de los mexicanos se declaran católicos, 7.46% se definieron como protestantes y 4.68% se clasificó sin religión, mientras que el 2.71% no dio una respuesta concreta a la pregunta.
“Podríamos decir que de cada 100 personas, 90 son cristianos, se puede decir que México cree en Jesucristo, sin embargo debe matizarse inmediatamente esta información (…) la sensibilidad religiosa individual y colectiva juega un papel importante para entender las implicaciones del ser cristiano”.
La pertenencia a la iglesia -dijo- es algo importante para los mexicanos, el 50% hace oración de manera individual diariamente, 17% lo hace en familia, el 4% con los compañeros de trabajo y otro 4% en un templo de manera diaria.
“Si consideramos todas las demás frecuencias posibles, desde diariamente a un año, 93% de los mexicanos y 75% de las familias oramos. Sin embargo falta el 25% las familias, oramos aunque no se vaya a misa o no se practique la fe católica, aunque no estemos integrados en un grupo dentro de la comunidad”, apuntó.
En cuanto a la asistencia a la iglesia, el 79% de la población va a la iglesia o templo, pero en el 2015 este porcentaje representó 94 millones de personas, por otro lado el 17% de la población, equivalentes a más de 20.3 millones no había asistido a la iglesia en el año anterior, de esa cifra 17 millones fueron católicos.
Asimismo para el 73% de la población es importante festejar la navidad con la familia; para el 61% es importante participar y comulgar en la misa dominical y confesarse una vez al año, es decir que un 40% no lo considera relevante.
“El 69% de los mexicanos pensamos que la adoración al santísimo es algo importante y lo mismo pensamos el 54% del rezo del santo rosario, es decir la mitad de la población. Sin duda son datos que nos desafían, datos que nos hacen urgente evangelizar a los bautizados”.
Faustino Armendáriz agregó que para el 46% de los católicos es importante la religión, la práctica religiosa, el estar cerca de Dios, creer en él, escuchar su palabra, recibir la fe.
“Al 62% de los mexicanos los hace felíz, mientras que al 85% de los cristianos no católicos sienten lo mismo sobre su práctica religiosa, solo el 5% de los mexicanos participamos en una actividad social y sólo el 5% de los católicos hemos ido a misiones”.
Subrayó que deben romperse las estructuras caducas y exhortó a los asistentes para que saque a Jesucristo a la calle ya que la fe no solamente está en los templos.
“La fe no solo está en los templos, sino que se salga a la realidad, no podemos estar al margen de Jesús de ser misionera, sino que tenemos que sacarlo de nuestros grupos, sacar a Jesucristo a las calles (…) El hombre busca la verdad y no la mentira, hay que renovar su encuentro personal con cristo, Dios no se cansa de perdonar, sino nosotros nos cansamos de llegar a su misericordia, hay que estar abiertos a la renovación”, concluyó.