Como la espuma de una cerveza servida en tarro, que sube rápidamente y ante un cantinero sin pericia se puede desbordar, así crece el respaldo de diversos sectores, organizaciones y personajes icónicos del Partido Revolucionario Institucional (“PRI”) a favor de Enrique Ochoa, quien hasta el viernes pasado fungió como Director General de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
A la más pura y dura tradición del PRI, el destape del futuro presidente de ese partido se da en el marco de la “institucionalidad”, la “unidad” y el “trabajo en equipo”, aunque el pataleo bajo la mesa (y no tan escondido) es intenso.
El análisis de la opinión pública parte fundamentalmente de la mano que tiene en esta jugada el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray. La imposición del nuevo dirigente, se supone, ha sido producto de la recomendación que dicho funcionario hizo al presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
Esta idea generalizada lleva a una posterior reflexión. ¿Confía el priísmo en esta decisión, a pesar de los resultados electorales que obtuvieron el pasado 5 de junio? Si los supuestos candidatos de Videgaray representan tristes derrotas en las entidades federativas donde los recomendó, ¿correrá la misma suerte el futuro presidente del PRI?
Si algo se puede considerar positivo para el priísmo, es que Enrique Ochoa no es un aspirante serio a la candidatura de ese partido a la Presidencia de la República y, seguramente, buscará rehacer y recomponer en muy corto tiempo a sus huestes para enfrentar el 2017, en donde está en juego el nada despreciable Estado de México. El lado contrario de la moneda es que, con certeza, Ochoa mantendrá todo menos un piso parejo al interior del PRI para resolver la candidatura presidencial pues, de ser ciertas las especulaciones, su corazón latirá por su padrino.
Todo indica que en los altos mandos nacionales priístas, con dignas excepciones, aun no digieren las derrotas del 5 de junio y la designación de este personaje parte de una fantasía en donde nadie hacia el interior tuvo responsabilidad de la deblace. El concepto del “mal humor social” sigue siendo la excusa perfecta para decidir a ciegas, sin reparar en que uno de los grandes responsables está en el espejo.
A OJO DE BUEN CUBERO
“Everything Will Be Alright” es una historieta redactada por la autora alemana Kirsten Boie, la cual tiene como propósito concientizar a los niños alemanes sobre la situación de guerra que miles de niños, iguales a ellos, viven en Siria y otros países del Medio Oriente. Una gran estrategia que busca evitar la discriminación y alentar el trato igualitario a los migrantes en Alemania. Aquí pueden leer más: http://bit.ly/29zwxrB