El autor es Premio Nacional de Periodismo 2016.
El escribidor opina que la única forma en que el PRI puede recuperar terreno en Tamaulipas es abanderando causas populares. No hay otra manera cuando las palabras no funcionan.
Y en el tricolor desde hace tiempo dejaron de funcionar. No olvidéis que cuenta con un activo de medio millón de votantes que de alguna manera estarían dispuestos a presionar.
Entonces sí que “se armaría el jaloneo”. Para ello sería determinante la selección de un dirigente con características agresivas, siempre dispuesto a echarse a la calle y de ser
necesario “tomar” dependencias y encarar funcionarios con el rigor suficiente para hacer válidas las demandas, considerando que la deshonra es su principal desgracia.
El PRI está obligado a regresar a sus orígenes, es decir, a integrarse de nuevo a la comunidad como parte fundamental de la guerra política que se avecina. Tendrá que volver a abrir sus puertas a las mayorías y convertirse en un gestor implacable e incansable, siempre al lado de los marginados. Tendrá que cambiar el rostro y definitivamente desechar la máscara de la simulación. En este sentido está científicamente comprobado que la estrategia de abandonar las causas generales le costó el poder que, ¡oh, cuánta inocencia!, suponía estaba escriturado a su favor. Ahora sabemos que la realidad lo sacó de un hermoso sueño que duró más de ochenta años, para colocarlo en la pesadilla de su propia destrucción. ¡Órale!.
A como se observa el PRI en Tamaulipas tendrá que empezar de cero y recurrir con humildad a los seguidores que todavía deben andar por ahí, tan confundidos como aquellos que creyeron en la inmortalidad de un partido que en los últimos tiempos se dedicó a ofender la inteligencia electoral con las consecuencias conocidas. Con esa misma humildad habrá de colocarse las botas de hacer camino e incrustarse en el polvo y el olvido de las zonas menos favorecidas. Justo ahí donde le duele a la gente.
De manera que el PRI en este momento no requiere ideólogos ni estrategas de cubículo, mucho menos “analistas” y burócratas que con el fin de conservar privilegios tergiversan o inventan información a modo, multiplicando el engaño hasta convertirlo en “verdad”. No requiere de ellos digo, sino de activistas con la suficiente sensibilidad para entender y
comprender las razones del fracaso del 5 de junio. Y desde luego con la capacidad para actuar en consecuencia.
El asunto no se ve fácil y sólo el puro intento le costará al tricolor sangre, sudor y lágrimas para decir lo menos. Además de enorme inversión que, cerradas las arcas
oficiales, no se sabe de dónde ha de provenir. A esto agreguemos el enredo que se traen en el comité ejecutivo nacional con la elección de un líder desconocido así ya tendremos en cuadro completo de lo que podría desembocar en una lenta agonía. Y es que por estos andurriales el PRI tendrá que “rascarse con sus propias uñas” cuando a Enrique Ochoa Reza ni tiempo le quedará para sacudirse “los arañazos” de las tribus que no dejan de calificarlo de “intruso” e “improvisado”.
Ni como negar que para el tricolor lo más importante es sobrevivir a la desgracia jamás esperada, donde quizá fue víctima de su propia confianza o tal vez simple venganza del olvido. Sea como fuere el PRI está obligado a tocar de puerta en puerta para sumar la inconformidad y en tales circunstancias disponer de la exigencia popular para intentar volver a ser lo que fue. No hay más remedio.
Aunque todo lo anterior “no es lo mero bueno”, como diría el ranchero, porque antes deben ponerse de acuerdo los grupos cupulares o lo que resta de ellos. Si aplican sabiduría (esperamos que lo hagan sin excusa ni pretexto), podrían alcanzar acuerdos que los reubique en el escenario que empieza a serles extraño, en caso contrario deben prepararse su propio sepelio. De ese tamaño pinta el futuro del tricolor en el estado. Y ni modo que sea invento.
Usted dirá que después del primero de octubre el PRI se verá mal protestando en las calles como cualquier cristiano abandonado por las autoridades. Tiene razón, se verá hasta ridículo y grotesco considerando que será blanco de burlas después de que por muchos años permaneció adormilado y “apapachado” por la nómina oficial. Sin embargo, peor sería que se acobardara y le ganara el temor de convertirse en trofeo del poder panista. ¡Ah bruto!.
SUCEDE QUE
Memorable el homenaje que este martes recibió el ameritado licenciado Ascención Maldonado Martínez por parte del Supremo Tribunal de Justicia del Estado. Referencia aparte su discurso que para algunos debió calar hondo por su alejamiento del modo de vivir republicano que hizo único a Juárez y lo proyectó a la grandeza internacional.
Ante magistrados, amigos, invitados, medios de comunicación y desde luego su apreciable familia, “chonito” dio una cátedra de su vocación social, del amor por su profesión y sobre todo de la moral que debiera alentar a cualquier funcionario que se precie de serlo.
Ojalá y sus palabras no hayan caído en oídos sordos…Por otra parte, respecto del conflicto magisterial pareciera que el supremo gobierno intenta ganar tiempo, pero ojo, que sus pretensiones podrían no resultar. No perder de vista que el objetivo de los maestros es abrogar la llamada “reforma educativa” y es razón para que el movimiento siga extendiéndose por brechas, caminos y veredas.
Y hasta la próxima.
