El pasado viernes todo parecía felicidad en el seno de Correcaminos. Triunfo inobjetable del equipo naranja con goles de sus máximos referentes actuales, cumplieron el pronóstico con autoridad sobre el último de la tabla y sucedió lo que hace mucho no pasaba: la gente se iba feliz.
Hasta ahí todo bien.
Por razones personales opté por ocupar otro espacio en la tribuna y no el palco de prensa -no me vayan a castigar por eso- al fin había muchos lugares vacíos, por lo que me perdí lo que enseguida les cuento y que más de tres personas me relataron.
Coincidió que Pepe Treviño estaba expulsado para el juego ante Venados, luego que perdió la cabeza en el partido frente al Atlante ya que cuando su equipo empezaba a reaccionar enloqueció y empezó a hacer reclamos al cuerpo arbitral que le valieron echarlo del banquillo. Por ende no podía estar a la semana siguiente y vio el partido desde la tribuna, plateas norte para ser exactos.
Ahí, al calor del éxtasis que representó el triunfo, hubo aficionados que aprovecharon el momento para restregarle en la cara a Treviño que, según ellos, el equipo iba ganando porque el técnico no estaba en el banco.
“No le hagas caso, no le hagas caso”, le gritaba un puñado de aficionados a Beto Martínez que volteaba a la tribuna para recibir indicaciones de Treviño y hacerlas llegar a Gastón Obledo.
La expresión de la raza enfadó a Treviño, que no aguantó carrilla y le respondió a un aficionado que le contestó con el clásico “Pos’ lo que quieras”, pa’ pronto los dos mancebos se vieron metiendo mano a sus fierros como queriendo pelear.
A Pepe lo alcanzaron a detener y se lo llevaron al vestidor, se alcanza a ver en un video que le pasa por un lado “Pato” de la Torre y ahí acabó, aparentemente, la que iba a ser bronca.
Resulta que el lunes en acalorada discusión, Pepe acusó a uno de sus jugadores (aunque usted no lo crea) de mandarle provocar, no sólo en las gradas, sino también en las redes sociales.
Dicha discusión se dio bajo otro contexto que por la delicadeza del tema omitiré en este espacio.
Lo que queda claro es que al señor Treviño eso de la serenidad y la paciencia no son sus mayores virtudes, mucho menos las relaciones públicas, pues ha dispuesto de todo un operativo para monitorear medios de comunicación y redes sociales para saber qué se opina de él y su trabajo, cuando debería estar más preocupado en función de lo que su equipo hace o deja de hacer.
Es difícil pedir mano dura en quienes están encima del técnico en Correcaminos, pues desconozco las causas pero aquí se acostumbra que quien dirige es un todopoderoso al que no se le puede pedir ni que regule su comportamiento, ya ni qué decir sobre la coherencia que debe guardar entre el decir y el hacer, y sobre todo en respetar los procesos de los futbolistas.
Démosle el beneficio de la duda, tal vez lo provocaron, tanto en la grada como en el Centro de Formación donde en un récord de tres días ya sumaba dos fricciones, pero ¡por piedad!, en alguien tiene que caber la mesura, y si no es en el técnico que lleva 40 años en el futbol, ¿en quién será?.
@luisdariovera