MATAMOROS, Tamaulipas.- El el nuevo decreto que está elaborando el Gobierno Federal para la importación de autos usados en la frontera tentativamente tiene contemplado una nueva exigencia: Que todos los autos que se vayan a importar a México traigan un certificado de las bolsas de aire de los vehículos, lo cual significaría un nuevo golpe para el comercio, porque cumplir con esa exigencia costaría miles de dólares que harían incosteable las operaciones.
Tomás Cantú González, coordinador de Importaciones de Autos Usados de la Cámara Nacional de Comercio, dijo que extraoficialmente conocieron que esa medida la pretende imponer la Secretaría de Hacienda en el nuevo decreto, que de cumplirse terminaría con las importaciones de autos, ya que el 70 por ciento de los vehículos que se importan traen problema con alguna de las bolsas de aire.
Recordó que gran parte de los autos usados que se importan a México son los catalogados “salvage”, porque son unidades que sufrieron algún accidente, pero están en buenas condiciones de seguridad para circular.
Dijo que el problema es que si ese auto si tuvo un accidente y se reventó una bolsa de aire ya no podría importarse a México, porque nadie extenderá un certificado de seguridad de las bolsas de aire.
Reparar ese auto para que vuelva a tener la bolsa de aire “necesariamente tendría que llevarse a una agencia y su reparación costaría cuando menos mil dólares, encareciendo el vehículo y haciendo incontable su importación, afirmó.
Con una regla como la que pretende la Secretaria de Hacienda, agregó, que el nuevo decreto para la importación de autos usados no sería para estimular la recuperación del comercio de autos en la frontera, sino para aniquilar su actividad.
Expuso que hay muchas evidencias de que todas las medidas que ha emprendido la Secretaría de Hacienda, son para beneficiar y quedar bien con la industria nacional automotriz, que siempre ha estado en contra de la importación de autos usados.
Destacó que la industria automotriz cree que todos los mexicanos pueden comprar un auto nuevo y eso es falso.
En la zona fronteriza, subrayó, el 90 por ciento de las personas que traen un auto es usado, porque no tienen capacidad para comprar uno nuevo.
“La gente hace un esfuerzo y junta dos o tres mil dólares para comprar un auto y legalizarlo”, expuso.
El problema actualmente es que esa gente no tiene capacidad de pagar los impuestos que el gobierno federal impone para la importación de autos usados, porque se tienen que sujetar a los valores que la Secretaría de Hacienda determina.