Las y los legisladores ya dispusieron que haya recompensa o reparación de daño a los dueños de ranchos que han sufrido pérdidas debido a la ola de inseguridad.
Buen punto. Difícil de hacerlo realidad. En la disposición aprobada por las y los diputados se tiene que identificar quién se hará cargo del pago de esas reparaciones, de dónde saldrá el dinero y cómo y quiénes lo recibirán.
Un largo proceso, según se ha visto, si como ya se sabe que la reparación a las víctimas del delito, sean de origen agropecuario o no, implica un viacrucis para quienes demandan el pago de una compensación.
Conozco versiones en primera persona de viudas y familiares de policías caídos en el deber que han dedicado muchísimas horas y días haciendo antesalas, viendo la cara descompuesta de funcionarios de gobierno insensibles a su dolor y necesidades, para que les salgan con micro apoyos que de ninguna manera resuelven su situación.
Lo que sí me gusta de la disposición es que todas las propiedades que han sido esquilmadas a los legítimos propietarios usando la fuerza y la intimidación sean devueltas, ello debería incluir hacer una investigación a los notarios que forman parte de ese robo legalizado.
Los notarios deberían ser investigados acerca de las circunstancias en las que participaron para poner a nombre de presuntos delincuentes propiedades arrebatadas a la fuerza a sus dueños.
Hay que limpiar Tamaulipas del abuso cometido durante una década, devolver a quien le pertenece sus casas y ranchos, sus vehículos, sus maquinarias, todo.
Hay que recomponer la casa desde adentro, revisar las componendas de autoridades y notarios con los grupos delictivos.
Todo eso amerita un trabajo profundo y honesto, me pregunto, ¿el nuevo gobierno se atreverá a llevar a cabo esa limpieza?
El censo agropecuario de las víctimas del delito no es suficiente, es necesario identificar a quienes perpetraron el abuso, identificar a los nuevos “propietarios”, fincarles cargos, e investigar a quienes colaboraron, insisto.
EL PAN Y SU NUEVA INFLUENCIA
En Tamaulipas el Partido Acción Nacional nunca se ha distinguido por su cercanía con la población, menos con los medios de comunicación.
A este partido al cual hemos visto evolucionar y no de la mejor forma, le ha faltado trabajo hacia la comunidad, su llegada al poder estatal es producto de un hartazgo y enojo de la población, no por sus méritos ante la ciudadanía, eso es importante analizarlo y tenerlo presente.
Los panistas que alguna vez dirigieron este instituto político estaban formados de otra manera, eran verdadera oposición y trabajaban bajo principios que los ahora integrantes no admiten como suyos.
Los antiguos panistas hacían la diferencia con el Partido Revolucionario Institucional, hoy ya lo hemos experimentado a nivel nacional, estatal y municipal, tener un gobierno panista o priista no hace gran diferencia, prácticamente cometen los mismos errores y la prueba está en que el país continúa en franco deterioro, no importando si lo gobierna uno u otro color de siglas.
En Tamaulipas el PAN anuncia cambio de dirigencia y advierte desde ahora que el hermano de Francisco García Cabeza de Vaca va en una fórmula como secretario general, las mismas familias, igual que los priistas, perpetuándose en el poder.
No aprenden de los errores ajenos.
Ahí vemos a una Margarita Zavala señalando fallas del gobierno peñista, olvidándose que ella misma fue protagonista escasos cuatro años atrás desde la cima del poder presidencial. Enarbolando una bandera que no le corresponde. Cuidándose, eso sí, de mencionar la lista de muertos, secuestrados y desaparecidos, del baño de sangre durante el sexenio calderonista, como si ella no hubiese sido parte del mismo.
¿Qué le pasa? No le fue suficiente ser esposa del ex presidente, ahora quiere gobernar a un país de ciento 20 millones de personas, cientos de miles de ellas mucho más capacitadas para el cargo.
¿Por qué siempre las mismas y los mismos?
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