Desde muy temprano la periodista Carmen Aristegui ya había ‘secuestrado’ la atención de la mayoría de los que en México nos interesamos por la noticiad del país, en un video anunciaba una nueva investigación que prometía un parteaguas en cómo vemos los mexicanos al presidente Enrique Peña Nieto, la cita a las 22:00 horas, el lugar su sitio de internet.
Así es mis queridos boes, no había forma de escapar a la curiosidad y al morbo profesional, el video del anuncio en pocas horas tenía millones de vistas y antes de que se llegara la hora ya se había caído el sitio Aristeguinoticias, cuyos técnicos supongo luchaban contra los hackers oficiales, para que usted y yo nos enterásemos de la revelación.
El título de Plagiador a Presidente, de inmediato ganchó a los que pudimos abrir el documento puesto en línea antes de las 22:00 horas.
Se trató de un relato sobre el presunto plagio de la tesis: El Presidencialismo Mexicano y Álvaro Obregón presentada en 1991 para recibir su título de licenciado en derecho por la Universidad Panamericana.
El equipo de Aristegui detectó que Peña Nieto presuntamente plagió 197 párrafos de los 682 que integran la tesis, lo que representa alrededor del 30 por ciento del documento que presentó ante el jurado que lo avaló como abogado.
Las víctimas del robo intelectual serían juristas destacados del país, la propia UNAM, al menos una universidad extranjera y hasta el ex presidente Miguel De la Madrid Hurtado, del que Peña Nieto dijo en su funeral que dejó un gran legado a México.
Cuando escuché en el video esto último de Peña Nieto sobre De la Madrid se me salió: entre ese gran legado estuvo la tesis que le robó o al menos 20 párrafos.
Según Aristeguinoticias, los personajes a los que Peña Nieto no les dio crédito a pesar de que copió y pegó párrafos completos en la tesis están: Enrique Krauze, los doctores Diego Valadez y Jorge Carpizo.
El presidente se habría fusilado al menos 9 páginas de la biografía de Álvaro Obregón de un libro publicado por la universidad, sin señalar de donde lo tomó.
He de decir que me esperaba una bomba más potente contra Peña Nieto de parte de la periodista que evidentemente está obsesionada con desacreditar al presidente.
Yo creo que Peña Nieto se desacredita con el resultado de su gobierno y Carmen Aristegui sólo es muy ruda con él.
Está claro que la revelación de anoche va a desatar un infierno más para el inquilino de Los Pinos, que se suman a los otros que tienen convulsionado a buena parte del territorio nacional.
Hay que decir que habrá por supuesto una respuesta del vocero de la Presidencia, a menos que Peña Nieto salga a dar la cara por ser el aludido y porque lo que de él se dice obedece a situaciones particulares de antes de que fuera presidente, de hecho de cuando tenía unos 25 años.
No me imagino que podría responder el presidente ante la evidencia que se presentó anoche y que desde la pantalla se antoja irrefutable.
Lo único que me imagino se pueda argumentar para atajar el escándalo es que el documento que presentó Aristegui no es el de la tesis de Peña Nieto y que se trata como lo han dicho siempre que es una infamia, que tratan de desprestigiar y que la periodista obedece a cuestiones políticas.
Si creo que Aristegui tiene como ya decía una obsesión por tumbar a Peña Nieto, que es partidaria de la izquierda que representa Andrés Manuel López Obrador y que por eso está empecinada en darle con todo al priista.
Pero con todo y ello, hay que reconocer que hace investigación, que hay pruebas que una filia ideológica diferente al PRI no cambia y que hoy como en cada escándalo Peña Nieto tiene mucho que explicarle al país y no será con López Dóriga como conseguirá borrar las acusaciones, sino con pruebas que nos ha quedado ha deber en todos los casos.
Yahleel Abdala, su alcantarilla…
La diputada federal por Nuevo Laredo no se mide, su protagonismo no tiene límites, resulta que el sábado en ese municipio, como en buena parte de la zona cayó tremendo aguacero que rebasó obviamente el maltrecho sistema de drenaje pluvial en la ciudad.
Vimos escenas fuertes de encharcamientos y hasta un socavón en el que cupo un automóvil.
Pero la nota chusca es que la legisladora priista pidió que alguien la fotografiara con los pantalones arremangados en la calle llena de agua y la subió a su Twitter con esta leyenda: ‘regresando de destapar la alcantarilla de la cuadra’.
Lo peor es que los ‘cuates’ de prensa de la diputada prestos le hicieron una nota en la que la presentaban como heroína, hasta destacaban los ‘lijes’ que tenía su publicación.
Ojalá que la señora nos hubiera salvado a todos de las alzas que Enrique Peña Nieto nos recetó en energía eléctrica y gasolina.
Seguro que en la frontera hasta un monumento le pondrían si lograra que su partido echara atrás el IVA al 16 por ciento que les aumentó su bancada la legislatura anterior, eso doña Yahleel si merecía un boletín.
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