Recortes a presupuesto de salud y educación atentan contra el pueblo
‘El mago hacendario’ vaticina que el dólar se estanque en 18.20 pesos
Senadores y diputados condicionan su voto, para obtener más recurso
La in(ter)dependencia, a festejarse en este considerado mes patriótico
Con el rollo de que el año entrante el Gobierno federal reduciría su gasto hasta en 239 mil 700 millones de pesos, para no incrementar impuestos, José Antonio Meade Kuribreña, al día siguiente de tomar posesión como secretario de Hacienda y Crédito Público, entregó el Paquete Económico 2017 en el Palacio Legislativo de San Lázaro.
Obviamente, el diseñado por su antecesor: Luis Videgaray Caso, en pleno acuerdo con Enrique Peña Nieto.
En el documento se contemplan ajustes presupuestales a Petróleos Mexicanos (Pemex), comunicaciones y transportes, educación y salud.
Esto a pesar del atraso formativo en las aulas de todos los niveles y la patética cobertura médica que se nos brinda a la sociedad, por lo que atañe a los dos últimos rubros.
Sobre el segundo tema, el paternalismo gubernamental ha sido y es harto generoso privilegiando a las constructoras regularmente propiedad de familiares, socios, amigos y compadres de los hombres en el poder; y tanto se han beneficiado que la reducción del gasto poco les importaría.
Respecto a la paraestatal, no es para menos el ajuste.
Y hasta poco considero este recorte, ya que se trata de una entidad harto gravosa para el Estado que, prácticamente, le sirve más a la usura internacional que a los alrededor de 130 millones de mexicanos, quienes (supuestamente) somos dueños del crudo que se vende muy barato a la Unión Americana y acá lo pagamos muy caro toda vez procesado: 13.98 pesos por litro de gasolina magna; a 14.81 la Premium y 14.45 el diésel.
Por si fuera poco, la industria petrolera ya no es garantía de nada. Y menos para sostener la economía nacional –como se ha visto durante el año que cursamos–, pues el precio del barril (159 litros) lo establecen en los mercados internacionales y no las entidades productoras.
En el documento presentado ante el Congreso de la Unión, también se advierte sobre un menor crecimiento económico en 2017 –léase una crisis más severa, comparada con la presente–, si acaso ocurrieran:
1) Una caída en la producción del petróleo.
Aunque, de antemano, se contempla una reducción de casi 300 mil barriles diarios, respecto al presente ejercicio (dos millones 213 mil), que estuvo por debajo del estimado hace un año cuando fue diseñada la Ley de Ingresos;
2) Menor dinamismo en la economía estadounidense.
Recesión, sería la palabra más adecuada en el en tendido de que si el Tío Sam estornuda, a México le da gripa;
3) Un debilitamiento del Producto Interno Bruto (PIB) global.
Imprevisto desde luego, sin que haya país fuera de lo orientales que lo resistan; y
4) Una elevada volatilidad en los mercados financieros.
Por supuesto, el encarecimiento de las monedas ajenas al peso.
Y respecto a ello hace mal Meade Kuribreña al vaticinar que nuestra moneda mantendría una paridad de 18.20 frente al dólar durante el 2017 por estar fuera de su alcance determinarlo.
Pero lo hace, aun cuando al momento la divisa verde acaricia los 19 pesos.
Cualquier ciudadano lo sabe.
Así que la especulación es otro de sus errores, de entrada.
En fin, el Paquete Económico 2017 ya está en el Poder Legislativo y por más que intente el jefe del Ejecutivo federal justificar el fracaso de su política económica, los indicadores financieros lo desmienten, con todo y el oxígeno que le proporcionaron las alzas en los precios de gasolinas al recaudar (entre enero y julio del año que cursamos): 171 mil 74 millones de pesos por el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS), que se aplica a los combustibles y otros productos.
Al respecto ¿qué harán los 128 senadores de la República y los 500 diputados federales?
La respuesta es sencilla: negociar su voto para ‘sacar raja’, como se acostumbra al discutirse la Ley de Ingresos; y el Proyecto de Egresos de la Federación.
De extracción priista hay, en la Cámara alta, 55; por parte de Acción Nacional, 38; militantes del PRD son 19; siete del membrete ecologista y una cantidad igual del Partido del Trabajo (PT), aparte de dos que dicen no representar a organización alguna.
Y en el Palacio Legislativo de San Lázaro despachan 208 diputados tricolores, 109 albicelestes, 60 perredistas, 42 ecologistas, 36 de Morena y 24 del MC; aparte de los once aliancistas, nueve de Encuentro Social y uno automentado independiente.
De ahí que los titiriteros hacendarios sean quienes cabildeen. Y con ‘cañonazos’ logren ‘convencer’ en tiempo a los legisladores federales de los ocho partidos más los autónomos, de aprobar la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos, como una concesión al señor de Los Pinos, en su inoperante proyecto, pero cambio de otros favores.
Siempre ha sido así y seguirá la costumbre hasta en tanto no acuda un cambio político verdadero en el país.
Por cierto, hasta el día 31 de octubre, tiene de plazo el Senado para procesar lo dictaminado en el Palacio Legislativo de San Lázaro –cuyos trabajos deben concluir once días antes–, respecto a la Ley de Ingresos; a fin de que, a más tardar el 15 de noviembre próximo, se apruebe igual el Proyecto de Egresos (léase el presupuesto federal).
Y para que resulte así, los 128 senadores y 500 diputados federales ya han condicionado el pago a sus favores requiriendo incrementos a los presupuestos de ambas cámaras:
a) Para la alta, 339 millones de pesos más.
Es decir, de los cuatro mil 421 millones 972 mil pesos que les dieron para el ejercicio del año en curso, pretenden recibir (en 2017): cuatro mil 760 millones 977 mil pesos, cuyo destino principal es el pago de sueldos y compensaciones.
b) Los diputados, por su parte reclaman un presupuesto de ocho mil 51 millones 487 pesos, que representan 491 millones 568 mil 302 pesos más que el recurso asignado para el 2016, de siete mil 559 millones 432 mil 185 pesos.
¡Todo un mundo de dinero!
Y todo para seguir siendo cómplices del atentado contra México, en el entendido de que su paso por el Congreso de la Unión lo aprovechan, solamente, para enriquecerse y como plataforma política, pues el pueblo luce más jodido que nunca, indefenso, agraviado y con mucha hambre y sed de justicia.
Desde luego me refiero a todos por igual, sin importar ideología –la que para ellos no cuenta–, doctrina ni colores. Sólo los intereses.
PAN, cierra filas
A diferencia de otros partidos, el membrete albiceleste ‘vela armas’, para defender el presupuesto que será asignado a la entidades que gobierna, amén de los estados que gobernará a partir del uno de octubre próximo.
Lo acordaron su dirigente nacional (Ricardo Anaya Cortés) y seis de los gobernadores electos con los dos coordinadores de las bancadas en el Congreso de la Unión: Fernando Herrera Ávila (por parte del Senado), y Marko Cortés Mendoza (Cámara baja).
Esto en la sede nacional partidista donde quedó establecido que las prioridades a pelear son desarrollo económico, seguridad, la creación de empleos y el combate a la pobreza.
Al encuentro llegaron los gobernadores en funciones de Guanajuato (Miguel Márquez Márquez), Puebla (Rafael Moreno Valle), Querétaro (Francisco Domínguez Servién), Baja California (Francisco Vega Lamadrid) y Baja California Sur (Carlos Mendoza David).
También los electos de Quintana Roo (Carlos Joaquín González) y Veracruz (Miguel Ángel Yunes Linares), aunque ambos en alianza PAN-PRD; aparte los de Chihuahua (Javier corral Jurado), Puebla (José Antonio Gali Fayad) y Tamaulipas (Francisco Javier García Cabeza de Vaca).
Sólo faltaron los de Durango (José Rosas Aispuro) y Aguascalientes (Martín Orozco).
Pero sé que ambo se sumarán a la pelea.
Lo extraordinario del caso, es que la nomenclatura albiceleste hace su tarea en tiempo y forma, mientras los priistas dicen estar poniéndose de acuerdo para establecer su posición, como si no supieran que: ‘quien pega primero, pega dos veces’.
Lentitud priista
El tricolor es mayoría, aún, en el Congreso de la Unión.
No obstante, sus legisladores se ven lentos para fijar su postura con respecto al Paquete Económico 2017 en cuanto se refiere a los recursos que habrán de asignarse a las entidades federativas, que aún mantienen bajo su férula.
¿Acaso por ya haber pactado una nueva alternancia presidencial?
De otra forma, como mayoría que son todavía, defieran defenderse, para evitar que traguen más pinole quienes gasten más saliva.
In(ter)dependencia
Ya han transcurrido más de dos siglos de haberse proclamado la lucha independentista –que permitió al pueblo mexicano sacudirse el yugo opresivo de los españoles y construir una República–, pero todavía no se alcanzan los objetivos superiores que permitan a México destacar en el concierto regional e internacional como un país libre y soberano.
La tarea de ningún modo es sencilla, dada la hegemonía que establecen las naciones cuyas economías imponen y marcan el crecimiento y desarrollo de manera planetaria, subordinando a los países menos desarrollados y pobres.
En el contexto de la globalización y dada la cercanía de México con los Estados Unidos de Norteamérica, el concepto de independencia pasa a ser un asunto que nos remite a la historia y los héroes –sólo eso, en estricto apego a la verdad–, aunque persiste la legítima aspiración de sobresalir y dejar de ser un país del tercer mundo, como es la aspiración de todos los mexicanos bien nacidos.
En el plano internacional, el término de moda es interdependencia.
Y esa misma expresión alude las múltiples y variadas relaciones establecidas de manera necesaria con los vecinos cercanos y lejanos, en aras de una conveniencia mutua, aunque a México siempre le toque la peor parte.
También existe una serie de mecanismos e instituciones que se han consolidado en la nueva era de la globalización y están al servicio de las naciones ricas. Por ejemplo el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Estos organismos siempre marcan la pauta a seguir. Y son el brazo diplomático de la fuerza imperial.
La otra cara es la intervención abierta.
Subordinación forzada
México, no obstante haber diversificado sus relaciones con las naciones del orbe a lo largo de su historia, sigue moviéndose en la órbita estadounidense.
Su condición de país subordinado propicia que los ‘americanos’ insistan en apropiarse de nuestros recursos naturales, merced a su voracidad, a la vez que incrementan su influencia sobre diversas áreas de la economía nacional.
No se puede negar que el mexicano es un pueblo dependiente de los vecinos del norte en tecnología, inversión y comercio.
De igual manera estamos subordinados en lo que respecta a las importaciones de nuestros productos primarios, pues allende el río Bravo determinan que, cuándo y cómo vendernos insumos.
Esto demuestra que la balanza comercial es a favor, en mucho, de los gringos.
Lo peor del caso es que la usura internacional y algunos políticos de la Unión Americana ya exhibieron la tentación de querer intervenir en asuntos de política interna y exterior –además de participar en el reparto del petróleo y/o sus dividendos–, con el pretexto de la defensa de sus intereses, arrogándose así la facultad de ser árbitros de la democracia y la libertad en cualquier parte del mundo.
Es algo que no toleramos los mexicanos, pese a las innegables diferencias que existen entre las fuerzas políticas que se mueven al interior del país y en más de una ocasión han amenazado la estabilidad social y política, pese al profundo daño que hacen al país con sus constantes escaramuzas.
Conjuntamente y en lo particular, coincidimos en defender lo que generaciones anteriores nos legaron para darle sentido al vocablo Independencia.
Es decir, con todo y los tropiezos que tenemos y las evidentes carencias que impiden un justo desarrollo a nivel nacional, al momento en que se percibe en riesgo la soberanía, la paz y la libertad, las diferencias internas se atenúan y se antepone el interés superior de México.
Tampoco se puede soslayar el hecho de que en casa tenemos fuerzas retrógradas que trabajan denodadamente para entregar la plaza a intereses externos.
Afortunadamente son una minoría de apátridas que no han podido contaminar a la gran mayoría de los mexicanos.
Conmemoraciones
En este mes patrio –como se le llama septiembre, se conmemoran (el día 13) la defensa que los Niños Héroes hicieron del Castillo de Chapultepec en 1847 durante la guerra entre México y los Estados Unidos–; (el día 15) el Grito de Dolores, que (en 1810) don Miguel Hidalgo y Costilla dio para iniciar el movimiento de Independencia contra la monarquía española; y la consumación de esa lucha libertaria, el día 27 (1821).
Y es conveniente que quienes organizan el festejo conmemorativo precisen públicamente que refieren sólo el inicio de la gesta heroica –la que en realidad dio comienzo el 16 de septiembre por la mañana–, pues de otra forma se estaría confundiendo a nuestros niños y jóvenes.
Recurro a esta acotación sin más afán que dejar asentadas algunas fechas que por desconocimiento histórico, omisión o deliberadamente, no consideran quienes al frente están de los comités organizadores.
En fin… ningún daño les hace hojear de vez en cuando alguno de los textos que sobre la historia de México han escrito autores que jamás fincaron su pasado, presente y futuro, en la administración pública de los tres órdenes gubernamentales.
E-m@il:
jusam_ggqhotmail.com




