CIUDAD DE MÉXICO.- Joao Maia registra fantásticas imágenes de los Juegos Paralímpicos de Rio de Janeiro-2016 a través del lente de su cámara.
Pero hay un detalle: es ciego. “No necesito ver para fotografiar, tengo los ojos del corazón”, afirmó Joao en tono poético. Y no le falta razón.
Basta ver el trabajo de este brasileño para pensar que es un gran mentiroso: o no es ciego o no es fotógrafo.
El salto con que la francesa Marie-Amélie le Fur rompió el récord mundial y se coronó campeona en el estadio olímpico de Rio lo retrató con la perfección de los grandes: su expresión al caer en la arena que estalla y hace un arco en perfecta armonía. Y fue él quien la tomó…Lo constató este periodista de la AFP.
Joao tiene 41 años y perdió la visión a los 28 por una uveítis, una enfermedad inflamatoria del ojo.
En un año se apagó la luz, aunque explica que percibe bultos y algunos colores si están cerca. Fue así como el hasta entonces cartero de Sao Paulo aprendió a usar el bastón de ciego, tomó algunas clases de braille y abrazó el sueño de la fotografía. “La fotografía es sensibilidad, creo que es maravilloso poder mostrar cómo percibo el mundo, cómo lo ‘veo’, cómo lo siento, lo percibo”, relató.
Con información de El Telégrafo