Tamaulipas no vive la situación que padecen los veracruzanos con una estela de terror y corrupción que heredó el prófugo gobernador JAVIER DUARTE DE OCHOA, quien provocó un quebranto de mil millones de pesos y delitos de delincuencia organizada.
Ya se giró la orden de aprehensión en su contra por parte de la Procuraduría y se le busca por todo el mundo.
Otro caso es el del exgobernador panista GUILLERMO PADRÉS, quien también se encuentra fugitivo. Hace dos semanas, un juez obsequio una orden de aprehensión en contra del político sonorense y la Interpol emitió una ficha roja en su contra.
La ficha roja significa que tiene orden de aprehensión internacional por los delitos de defraudación fiscal y operaciones con recursos de procedencia ilícita. La Interpol presume que PADRES huyó a Centroamérica o Sudamérica.
También está el caso de RODRIGO MEDINA, el exgobernador neoleonés, quien fue atacado por el actual mandatario JAIME RODRÍGUEZ CALDERÓN, por desvíos millonarios, pero la fiscalía anticorrupción no logró comprobar delito.
“El Bronco” mantiene el descontento entre la sociedad por su ineptitud y apatía, además de tantas promesas incumplidas y el regreso de la inseguridad, misma que se había controlado en el pasado.
RODRÍGUEZ CALDERÓN culpa a su antecesor de todos los males que aquejaban a la entidad, pero sin asumir su responsabilidad buscando implementar las acciones que regresen la paz social y el crecimiento de la entidad, que se basa más en el empuje de sus ciudadanos, que las acciones de gobierno.
Por lo pronto ninguna acción de “El Bronco” en contra de RODRIGO MEDINA progresa, aunque eso no le quita el tufo de corrupción del llamado Golden boy regio.
Es por eso, nos guste o no, el exgobernador EGIDIO TORRE CANTÚ puede ir a un partido de tenis, fútbol o lo que quiera, pues hasta el momento no existe ninguna investigación, mucho menos una orden de aprehensión en su contra.
Tal parece que no cometió delito, ni irregularidad administrativa alguna, por lo que puede viajar libremente por el país o el mundo.
Dejó una deuda millonaria y eso lo ventilan en los medios de comunicación, la misma que es renegociada por las autoridades estatales, pero no dicen que sea un delito o que los recursos hayan sido mal aplicados.
Es fecha de que el exgobernador EGIDIO no es objeto de ninguna averiguación, por lo que tiene derecho de ir o venir por todo el país, su caso no es ni remotamente parecido al caso de DUARTE o PADRÉS, tampoco a MEDINA.
Si Tamaulipas se desmorona o no, debemos entender que hay una nueva administración a la que le corresponde recomponer la entidad y regresarle su paz social y el camino al crecimiento que se perdió y motivó que 700 mil votos provocarán un cambio en la entidad.
El crimen no debe quedarse sin castigo y si existen irregularidades deben sancionarse, pero no iniciar una cacería en contra de burócratas de bajo perfil cuyo único delito es pertenecer al PRI, como es el caso del carismático locutor MARTÍN JAIME o el director administrativo de Obras Públicas, JORGE TIRZO
ZÚRITA, señalados como unos delincuentes laborales.
La transición en Tamaulipas fue ordenada y sin pleitos, pero eso no significa que deba darse el borrón y cuenta nueva, pero las persecuciones no son en las redes. Deben castigarse a los verdaderos culpables con la ley.
Los tiempos de cambio lo ameritan y no son historias de Tvnotas, son asuntos legales que proceden ante una autoridad, no ante el verdugo de la rumorología.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
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