EL MANTE, Tamaulipas.- Un panorama negro se vislumbra para los productores de arroz de la zona, la plaga de chinche que invadió los plantíos y los bajos rendimientos por hectárea registrados en temporada de cosecha estarían generando elevadas pérdidas económicas y por consecuencia cartera vencida para los productores del cereal.
Y es que la serie de problemas que inunda a la actividad, casi conduce a los productores a enfrentar la mayor crisis de los últimos años.
Así fue expuesto por el ingeniero Octavio Elías Maldonado Garza, representante del Consejo Estatal de Arroz ante las autoridades de Desarrollo Rural Distrital de la zona, donde se puso en conocimiento que al tener un avance del 93 por ciento de la trilla, sus rendimientos están muy por debajo de lo estimado, reportó una producción por debajo de las cinco toneladas por hectárea.
Informó que otros de los factores que prácticamente abollaron las expectativas de los productores fue la plaga de “chinche”, y aunque está no ha sido decisiva, si causó mermas para que ahora los rendimientos estén muy bajos.
Explicó que este año tuvieron muchos problemas, uno de ellos el empalme de los ciclos otoño-invierno con el primavera-verano a causa de las nuevas variedades de arroz que se sembraron, y aunque está pendiente un siete por ciento de la superficie de arroz a trillar, no existe esperanza para recuperarse.
“Nos faltan unas 200 hectáreas que significa un siete por ciento del total de la superficie de arroz, estamos con un rendimiento muy malo, abajo de cinco toneladas por hectárea, estamos a punto de reunirnos para tomar puntos de acuerdo sobre las causas y qué debemos hacer para no hundirnos mas”.
En cuanto al programa de siembra, fue claro al señalar que el panorama es negro, “lo vemos muy difícil, en los últimos cinco años sembramos arriba de dos mil hectáreas en ambos ciclos, tal vez andaremos en mil hectáreas muy apenas el próximo año”.
Recalcó que definitivamente el 2016 no ha sido un buen año para los productores, y debido a las afectaciones que sufrieron, reducirán la superficie de siembra hasta en un 50 por ciento, pues muchos arroceros quedarán en cartera vencida y otros de plano quebrados.