No hay mejor encuentro con las letras en vivo. Esto es disfrutar la amistad que nos brinda la poesía como enredo de palabras que calan al amor a la existencia. Esta, tan complicada y libre para vivir o morir.
La poesía en verso libre sepultó al verso rimado pero no lo mató del todo, manteniendo el equilibrio de la palabra en su envoltura versificada sin renunciar a la calidad de la expresión poética.
Mucho le debemos a la poesía francesa la locura e innovación del verso.
Pienso en Mallarme en la trasparencia de la poesía con la creación artística que volvió tangible o lo intangible. Y los nuestros, la vocación hispano americana del «creacionismo”.
Al hacer o intentar la poesía de lo tangible, en Huidobro. Pero también el gesto humano amoroso de Neruda y la inteligencia de Borges y Octavio Paz. Sin duda en esto la poesía francesa al paso de la extraordinaria poesía norteamericana.
En fin, leer para escuchar en el infinito comenzar de los poetas que hoy en México escriben en linderos sin fronteras. Leímos con Ramiro Rodríguez, zar de las letras.
En el espinazo de frontera entre los Estados Unidos y México sin muros, solo el juramento de palabra en Ciudad de Palabras que ALJA Ediciones echó a volar en la Feria Internacional del Libro de Monterrey.
Porque poeta somos y en las páginas sombras damos. Sombra, porque la luz viene en la lectura. Esta que es existencia de los frutos del amor.
Porque el amor nos lleva a todos los enredos de la existencia.