El espacio urbano es fundamental para la convivencia. El espacio es la respiración de boca a boca.
Una necesidad social para todas las direcciones. Comprende los espacios recreativos en plazas y jardines.
El mobiliario urbano. La iluminación. Las banquetas.
Con su respectiva señal ética. El espacio urbano es un derecho, la posibilidad primaria de solidaridad en el juego, la recreación, el descanso.
Es un espacio de limpieza y colorido.
Significa seguridad y confianza.
La Plaza Juárez es un ejemplo de espacio urbano en el corazón de la ciudad. Su remodelación ha sido motivante a un buen trabajo de Rolando González.
Arquitecto funcional. Pero ocurre una apropiación indebida del espacio central de la Plaza Juárez. Por saturación de juegos inflables por mercaderes domingueras.
Que ahogan al espacio al no permitir el libre juego de los niños por el embotellamiento que causan al cerrar el paso a transeúntes adultos y niños.
Impiden el paso, impiden la ventilación natural y ahorcan la belleza de la plaza. «Los Yeseros».
Quienes ofrecen clases de mala pintura a los niños han creado un cerco a la libre circulación.
No es ninguna manera alentador pintar monos de yeso. Como tampoco que los niños coloreen copias.
Aquí surge la necesidad de un programa dominical de talleres para niños.
En síntesis: Recorrer los juegos inflables a la orilla de la plaza, hacer un taller donde los niños pinten libremente.
Porque por ahora sólo es un negocio. Y la autoridad debe tomar nota.




