Las relación entre los medios de comunicación y el poder político siempre ha sido complicada. El asunto se agudiza, sin embargo, cuando el problema no se puede arreglar con dinero ya que entonces las confrontaciones y los forcejeos suben de tono y los desenlaces no siempre los mejores.
En México uno de los casos más sonados de esta discrepancia fue el llamado golpe de Estado al periódico Excelsior, uno de los medios impresos más críticos del gobierno, cuando era dirigido por Julio Scherer García, orquestado por el gobierno del presidente Luis Echeverría Álvarez en 1971.
Propios y extraños coinciden en que, desde los jardines de los Pinos fue ordenada la destitución de la directiva de la sociedad cooperativa del rotativo y se impuso como nuevo director Regino Díaz Redondo, que expulsó de la empresa a Scherer y a varios de sus principales colaboradores, acto represivo calificado como un fuerte golpe a la libertad de expresión que provocó reacciones, incluso en el extranjero.
Antes de Echeverría, en 1966, el presidente Gustavo Díaz Ordaz ordenó también el cierre del periódico el Diario de México.
La causa, un aparente error de imprenta de una reunión de gasolineros que cambio los pies de fotografía en primera plana en las que el nombre de funcionarios del gobierno y el PRI que asistieron al acto aparecían bajo la de varios gorilas del zoológico de Chapultepec y en la de los primates los de los asistentes al evento.
Tocamos el tema propósito de la balconeada que el gobierno del Estado de Chihuahua, el aguerrido panista Javier Corral, le dio al comunicador José Antonio Tirado Cruz, por comentarios formulados contra el jefe del ejecutivo estatal en un noticiero radiofónico local, que, desde la óptica del mandatario, eran mal intencionados y calumniosos, un asunto que no es nuevo.
En Tamaulipas, cuando Juan Antonio Gajardo Anzaldúa asumió la alcaldía del municipio de Rio Bravo con la camiseta del PAN en 1993 fue objeto de la más fuertes críticas por parte de algunos medios impresos de la frontera, críticas que, a decir del titular del ayuntamiento, eran actos de represalia porque se había negado a pagar la publicidad que los periódicos le exigían.
Como las críticas no amainaban, cada vez que empezaba o inauguraba una obra, el funcionario colocaba un letrero en el que decía que se construía con dinero que no se pagó a los periódicos que lo golpeaban. Y funcionó, pues a raíz de ello, los periodicazos cesaron, no se sabe si porque la partes en pugna llegaron a un arreglo o porque a los detractores del jefe edilicio les afectó tanto la medida que optaron por dejar en paz al munícipe.
Como resultado de la apertura legal y política, todo indica que las fricciones y desencuentros entre los comunicadores y los gobernantes se acrecentarán.
Por cierto, de acuerdo con el más reciente reporte de la UNESCO de La Organización de las Naciones Unidas, México es el quinto país más peligroso para el ejercicio del periodismo, después de Irak, Brasil y los países árabes que sufren conflictos bélicos.
Cambiando de tema, el que está aprovechando al máximo el cargo de presidente de la Conferencia Permanente de Congresos Locales, COPECOL, es el ex diputado Ramiro Ramos Salinas. Ayer el nativo de Nuevo Laredo se pronunció en contra de la eliminación del fuero que tienen los funcionarios del gobierno, argumentando que este permite a los que lo poseen señalar libremente irregularidades que se cometen en la administración pública.
Y a quienes hacen mal uso de la protección legal, se les retira para enjuiciarlos.
La táctica de abordar, comentar o adoptar posiciones polémicas es siempre redituable y sino que le pregunten al magnate norteamericano Donald Trump, quien, gracias a sus desplantes controversiales, logró la candidatura republicana a la presidencia de los Estados Unidos y en un descuido puede ser el sucesor de Barack Obama en la Casa Blanca.
Ramos Salinas fue electo presidente el organismo legislativo el pasado 29 de abril y concluirá su gestión ese misma fecha del año que viene, posición que tiene que explotar para mantenerse en el ánimo de la opinión pública, ya que después el ex dirigente estatal del PRI tendrá que inventar algo nuevo para salir en los medios porque para un político el anonimato es como la kriptonita para Superman.
HYPERLINK “mailto:jlhbip@hotmail.com”
jlhbip@hotmail.com